Dt. 28:8 “Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.” En los almacenes de Dios allí en los cielos, existe toda provisión que alguna vez va a ser necesitada en esta era, para que Jesús reciba la plenitud de su herencia acá en la tierra.
La revelación respecto de esta abundante provisión ya de antemano pre-planeada es algo demasiado grande para ser comprendido...
Is. 66:7-8 “Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo. ¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.”
Dios va a hacer que SU gobierno nazca a lo largo de la tierra en un periodo de tiempo sorprendentemente corto. Esta aparición repentina servirá como demostración que la naturaleza de su Reino es sobrenatural. Y cuando lo despliegue Dios, este va a confundir la sabiduría de los sabios...
Mt. 16:18-19 “….Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.” Jesús tiene múltiples llaves en su poder. Cada una de ellas representa poder, para dar o no acceso a un lugar o situación.
Esas llaves que tiene Jesús son de todos los tipos imaginables; llaves para: tierras, edificios, casas, vehículos, tecnología, ciencia, hospitales, industrias, colegios, medios de comunicación, recursos políticos, todo aquello que puede ser poseído y necesite una llave...
Lo primero que tienes que hacer es asegurarte de estar “enchufado” a la fuente, es decir a Dios. Muchas personas se enchufan a la fuente los Domingos cuando asisten a la Iglesia
Cada uno de nosotros debería anhelar ser un creador de milagros. Habiendo entendido que eso es lo que Dios quiere para cada uno de nosotros, pregúntate: ¿Qué más puedo hacer yo para crear y para incrementar mi poder de hacer milagros?
Lo primero que tienes que hacer es asegurarte de estar “enchufado” a la fuente, es decir a Dios. Muchas personas se enchufan a la fuente los Domingos cuando asisten a la Iglesia