Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio mundo, a diario enfrentamos problemas, tenemos sueños que queremos hacer realidad, existen distintas situaciones que pasan a diario y nos afectan.
Cuando interactuamos con otras personas, lo hacemos a partir de nuestro mundo, sin considerar que ellos(as) tienen sus propios problemas y su propia manera de concebir las cosas. Si se trata de alguien acostumbrado a administrar cosas delicadas, y no sabe salir de su mundo, a sus ojos, los problemas de hogar que le toca manejar a su cónyuge se verán como poco importantes. ¿Cómo no va a poder lidiar con los hijos? ¿No se da cuenta lo que yo tengo que enfrentar? ...
Cualquier cosa que no administramos bien, la perdemos. Tenemos que entender que la buena administración de nuestras vidas es sólo poner sabiduría en acción.
Las etapas de crecimiento del ser humano son básicamente cuatro, y son aplicables a cualquier área de nuestras vidas. Las etapas: de sobrevivencia, estabilidad, triunfo y significancia o un valor especial. El objetivo final es que cada área de nuestras vidas alcance a tener sentido, a representar un valor especial. En algunas áreas de nuestras vidas lo alcanzamos mas rápidamente que en otras. Por ej. podríamos estar viviendo una etapa de triunfo en nuestra vida profesional y todavía estar tratando de alcanzar una etapa de estabilidad en nuestra salud. Todos tenemos áreas que mejorar en nuestras vidas. Así que sólo tenemos que seguir aprendiendo y madurando...
Unos cuantos mensajes públicos con asistencia de multitudes están registrados en la Biblia. El resto de lo que conocemos acerca de Jesús proviene de conversaciones con personas individuales: un ciego, la samaritana, una viuda. A veces es tentador creer que solamente los ministros del evangelio que hablan delante de multitudes pueden marcar la diferencia. Pero si hemos de impactar nuestro barrio, ciudad y Nación, necesitamos tener claro el principio básico: Dios para cambiar al mundo lo hace una persona a la vez. Por ello es importante prestar atención a la vida de Jesús y aprender de ella.
Hay aspectos que debemos corregir de nuestra manera de ver la expansión del Reino de Dios en la tierra. Una herramienta poderosa que tenemos para marcar la diferencia es nuestra propia historia personal. Cuando alguien esta abierto a escuchar acerca de tu vida: tus angustias, experiencias, vivencias, dolores, triunfos y derrotas, y cómo encontraste respuestas a tus necesidades, te llenaste de esperanza e incluso los milagros que experimentaste luego de encontrar a Cristo. Nadie podrá discutir tu experiencia personal si tu la mantienes real y sin exagerar...
Llevarse bien con las personas no siempre es una tarea fácil. Para ganar el favor de las personas nosotros debemos tratarlas con respeto, dignidad y apertura con la que Jesús trataba a las personas.
Existen características básicas que deberían estar presentes en nuestra manera de relacionarnos con otras personas. Estas son el amor, el perdón, la aceptación y la fe. Cuando uno ama, acepta, espera lo mejor y perdona, entonces uno disfruta de relaciones de mejor nivel y provoca que quieran estar cerca de ti.
¿Preferiríamos estar cerca de personas que nos juzgan, nos ofenden con facilidad, nos guardan rencor o de personas que nos aman, aceptan, creen en nosotros y nos perdonan cuando fallamos? Nadie disfruta ser juzgado, avergonzado, criticado, ni que su vida sea ventilada a los cuatro vientos; en contrapartida todos responden positivamente al amor, la protección, el perdón y el respeto...