Sin la presencia diaria de Dios y nuestra rendición a su voluntad, podemos fácilmente volver a caer en una vida superficial. Son tantas las personas cuyas vidas una vez fueron usadas con grandeza por Dios, pero de alguna manera terminaron en ruinas debido al orgullo, la presunción, el egoísmo, la codicia o la lujuria.
1 Jn. 2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” El apóstol Juan nos advierte de tres fuerzas que pueden hacer naufragar a cualquiera que no se ha rendido diariamente buscando su presencia. Recordemos la oración que Jesús nos enseñó Mt. 6:13 “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.”
Nunca fue la preocupación de Jesús que nosotros hiciéramos oraciones perfectas, pero si se preocupó de enseñarnos que cuando las vayamos a hacer, las hagamos desde un corazón limpio. El otro ingrediente indispensable que necesitamos es el poder para hacer SU voluntad. Lo primero que necesitamos es anhelar hacer SU Voluntad, luego descubrir y finalmente llevar a cabo SU voluntad.
Traer la voluntad de Dios a la tierra en la misma medida que esta está siendo hecha en el cielo, no es cosa fácil. Porque vamos a tener que desplazar y hacer que se retiren principados y potestades que hoy día están en lugares altos. Eso no puede ser alcanzado solo con un buen plan, ni con carisma personal, eso tiene que poderse por la acción del Espíritu Santo a través de nosotros.
Mr. 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Estas son las órdenes que Jesús nos dejó. La mayoría de los cristianos le llaman la Gran Comisión. Tenemos una misión que solo puede ser exitosa si la hacemos con EL. Por eso se llama co-misión. A pesar de que la gran comisión es para cada creyente, Dios tiene asignaciones únicas para cada uno. La comisión es cumplida cuando hacemos nuestras asignaciones personales y colectivas de forma completa.
Dios nos da ciertos poderes para poder completar nuestra misión, estos son cinco:
- Dunamis – Está disponible para hacer milagros, para penetrar, para progresar y para sanidad. Es el poder para hacer milagros de Jesús.
- Exousia –Nos sirve para vencer el miedo, la intimidación y este es requerido para hacer guerra espiritual y para la expansión. Es el poder de la autoridad.
- Energeia – Es la energía de Dios que fluye a través de nosotros para poder realizar diversas tareas. Esta también se halla presente durante los tiempos de adoración o de oración y se dan cuando la gente dice que “sienten” SU presencia.
- Kratos – EL quiere reinar y gobernar sobre toda su creación. Necesitamos el poder Kratos para traer el reino de Dios aquí a la tierra. Dondequiera que su reino se expanda en la tierra, nosotros podemos ver su poder Kratos dominando la escena. Es el poder del dominio de Dios.
- Ischus – Es la fortaleza enviada por Dios para periodos de tiempo en los que nos encontramos debilitados o cuando la tentación está golpeando con fuerza la puerta de nuestros corazones. El poder Ischus nos ayuda a resistir.
Las llaves del Reino edifican sobre esta revelación de los cinco poderes de Dios. Necesitamos ser equipados con ellos para poder alcanzar a realizar la voluntad de Dios en nuestras vidas, ministerios, negocios y familia.
Nunca olvides que la revelación te lleva a la transformación.
Pr. Rafael Vargas Salgueiro