Martín Lutero, quien es considerado el padre de la Reforma, dijo: “Nunca trabajo mejor que cuando estoy inspirado por la ira; cuando estoy enojado, puedo escribir, orar y predicar bien, porque entonces todo mi temperamento se aviva, y mi entendimiento se agudiza, y todas las aflicciones y tentaciones mundanas desaparecen.”. Esta aseveración llama la atención, nos deja entrever que hay diferentes tipos de ira y que el tipo correcto de ira es algo bueno.

Expertos en salud mental, ven la ira como una herramienta que nos ayuda a interpretar y responder a situaciones perturbadoras. Estudios de investigación indican que sentirse enojado aumenta el optimismo, la creatividad y el desempeño efectivo; además de sugerir que expresar enojo puede conducir a negociaciones más exitosas en lo laboral.

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”. Ef. 4:26-27.

 Y si revisamos la NVI, esta dice: “Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol 27 ni den cabida al diablo”. Ef. 4:26-27. El tipo correcto de ira es crucial en los tiempos que nos ha tocado vivir.

Cuando se trata de movilizar a otras personas y generar apoyo para una causa específica, ninguna emoción es más poderosa que la ira. Es un error suponer que la bondad, la compasión, el amor y la justicia se alinean juntas en un extremo y que la ira, la rabia y la aversión se agrupan en el otro extremo.

Si tu pones atención a lo que le están haciendo a los niños y no sientes ira, realmente tienes un serio problema hasta podríamos decir que eres un ser perturbado. Tomé como muestra las portadas digitales de algunos periódicos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de los días 14 y 15 de Agosto de 2023 y me tope con estos titulares:

  • “Niño quemado muere tras agonizar siete días” (Tenía 7 añitos. Se presume que fue su padrastro)
  • “Violación: Una mujer obligo a su hijo de 14 años a mantener relaciones sexuales con ella”
  • “Violada y asesinada, hallan a adolescente en una fosa, el padre confesó el crimen”

¿Cómo no nos va a causar indignación? Cuando se trata de movilizar a otras personas y generar apoyo para una causa específica, ninguna emoción es más poderosa que la ira.

Tenemos un ejemplo de esto en la Biblia. En 1 S. , un terrorista llamado Nahas, amonita, se dirigió al pueblo judío de Jabes de Galaad, y lo sitió . Los aldeanos no tuvieron más remedio que rendirse. 1 S. 11:1-2 “Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel”. 

Nahas era tan ruin, que no creyó suficiente que el pueblo se le ofreciera como esclavos. Él dijo que los dejaría vivir, pero solo si podía sacarles el ojo derecho. Dijo que quería avergonzar a Israel. Tienes que entender, las huestes de maldad siempre andan sedientas por una oportunidad contra el pueblo de Dios. Los ancianos del pueblo hicieron una petición desesperada: “… Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti. Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró. Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes. Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre”.  1 S. 11:4-7.

La ira vino del Espíritu Santo, y el acto de sacrificio de Saúl sirvió para proteger y aunar a toda una nación

El desenlace:  1 S. 11:8-11 “Y los contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá. Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis librados. Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabes, los cuales se alegraron. Y los de Jabes dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere. Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos. Nahas y sus hordas fueron aniquilados”.

La justa indignación es la clave. Una pasión debe arder dentro de ti. Un fuego interior que quema las distracciones. Una llama que elimina las excusas, el miedo y da paso a una claridad de propósito.

Pr. Rafael Vargas

 

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