Cuando Jesús comisionó a los 12 discípulos para que vayan al mundo y hagan discípulos a las naciones, Él les estaba instruyendo que hagan lo imposible. Muchos creyentes, creen erróneamente que algunos mandatos de Cristo son posibles de ser hechos, mientras que otros son imposibles. La verdad es que todos los mandatos de Cristo son imposibles de ser hechos separados de Su gracia y el poder sobrenatural a través del Espíritu Santo.  

Nuestro deseo de obedecer todo lo que Él dice nos coloca en el lugar de vivir según la promesa:

Jesús le dijo: ¿Cómo que “si puedes”? Para quien cree, todo le es posible. Mr. 9:23 RVC. 

Nuestra fe nos da acceso a todos los recursos del Cielo. ¡Por eso Cristo nos encargó hacer lo imposible!

Como hijos/as de Dios, estamos destinados a dar a conocer a nuestro Padre al mundo al ser semejantes a Él. Lo hacemos como lo hizo Cristo, comunicándonos con el Padre, andando en la unción del Espíritu Santo y trayendo el Reino de los Cielos a la tierra mediante demostraciones de poder y autoridad, todo ello mostrando el amor de Dios.

Por eso, debemos aprender a utilizar nuestra herencia recurriendo a las grandes promesas de Dios para el beneficio de las personas que nos rodean. La muerte de Jesús fue la que permitió que la esencia de la voluntad de Dios se liberara al resto de su familia. No debemos esperar hasta morir para usar nuestra herencia porque nuestro propósito en la tierra requiere de recursos celestiales para cumplirlo.

La unción para sanar y traer liberación no tendrá ningún valor en el Cielo. Estos dones deben usarse aquí y ahora como parte del paquete de herramientas que se utilizan para llevar a las naciones a Jesús. Debemos llegar a ser más como Él para que la cosecha llegue a ser todo lo que Dios desea y ha provisto.

Si nuestro derecho a ser hijos de Dios nos da acceso a la misma clase de relación que Jesús tiene con el Padre, ¿cómo aprendemos a crecer en esa relación? Afortunadamente, Jesús también nos dio ese ejemplo. Jesús no salió del vientre materno con una mente adulta, plenamente consciente de su identidad y destino. Tuvo que pasar por el mismo proceso de madurez que todos nosotros. 

Las Escrituras dicen:

Aunque era Hijo, aprendió a obedecer mediante el sufrimiento. He. 5:8 RVC. 

Fue entrenado en su relación con Dios por al menos tres cosas. En primer lugar, fue entrenado por el registro de las actividades de Dios entre los hombres, tal como se expone en las Escrituras. He. 10:5-7 describe cómo Jesús descubrió allí la voluntad de Dios y su destino: 

Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo: No quieres sacrificio y ofrenda, pero me has dado un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni las expiaciones por el pecado. Entonces dije: Mi Dios, aquí estoy para hacer tu voluntad, como está escrito de mí en el libro. He. 10:5-7 RVC

En segundo lugar, es  probable que Jesús haya sido criado bajo la influencia del testimonio de sus padres, en particular de María, quien ha “atesorado” cada palabra, sueño y acontecimiento que se había dicho u ocurrido en relación con la concepción y el nacimiento de Jesús. Dice la Escritura “Pero María guardaba todo esto en su corazón, y meditaba acerca de el”.  Lc. 2:19 RVC.

En tercer lugar, Jesús tenía el testimonio del Espíritu Santo, quien facilitó la comunicación de Jesús con el Padre:

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir. Jn. 16:13 RVC. 

Al darnos instrucciones sobre el papel del Espíritu Santo para guiarnos a la verdad, nos está revelando cómo ha vivido. Estos tres recursos son todos testimonios. Los testimonios son las cosas que nos capacitan a ti y a mí para andar en relación con el Padre y cumplir nuestro propósito como Sus hijos e hijas

El salmista dijo:

Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón. Sal. 119:111. 

Los testimonios del Señor son nuestra herencia.

Pero, ¿Y qué es un testimonio? Un testimonio es el registro escrito o hablado de todo lo que Dios ha hecho en la historia. Todo lo que Dios ha dicho y hecho en la historia es tu posesión eterna, y ese registro contiene todos los recursos que necesitas para ser transformado a la imagen de Cristo y convertirte en un transformador al demostrar sus buenas obras.

Trata de examinar algo del peso y el poder de esa herencia y muéstrala por lo que es, es decir, el poder de liberar milagros.

Pr. Rafael Vargas

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