Vamos a navegar en la Palabra en relación con el tema de un Cielo abierto, para que a través de cada cita podamos percibir como cada pensamiento referido a este tema tiene la cualidad de revelar el corazón de Dios para con nosotros.

En esos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.  Enseguida, al subir del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma. También se oyó una voz que desde el cielo decía: “Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo”. Mr. 1:9-11 NVI. 

Los Cielos se abrieron en respuesta a la obediencia de Jesús cuando fue bautizado en agua. Jesús no tenía nada por lo cual arrepentirse. Él se identificó con nosotros y nuestra necesidad del bautismo de arrepentimiento.

En  Malaquías 3:10, la cita vincula la apertura del reino celestial con la obediencia del pueblo de Dios

Traigan íntegro el diezmo a la tesorería del Templo; así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto, dice el Señor de los Ejércitos, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. Mal. 3:10 NVI

Este Cielo abierto fue en respuesta al diezmo y la ofrenda, que es el punto de partida de la buena mayordomía de dinero y recursos. 

Diversos pasajes nos traen luz en cuanto a la claridad que viene a través de los Cielos abiertos. Pedro tuvo una experiencia inusual:  

“…Pedro subió a la azotea a orar. Era casi el mediodía. Sintió hambre y quiso algo de comer. Mientras le preparaban la comida, tuvo una visión.  Vio el cielo abierto y algo parecido a una gran sábana que, suspendida por las cuatro puntas, descendía hacia la tierra. En ella había toda clase de cuadrúpedos, como también reptiles y aves. Levántate, Pedro, mata y come, le dijo una voz”.  Hch. 10:9-13 NVI 

Los Cielos se abrieron para que él pudiera ver lo que él debía hacer: comer lo que según la Ley era inmundo. El Cielo abierto fue una experiencia mucho mayor que solamente tener una impresión sutil en el corazón. Dios a veces aumentará la medida de nuestra experiencia porque conoce nuestra habilidad para olvidar o aun disminuir lo que Él ha dicho. Este mandato fue mucho más que un mandato referido a la alimentación. Por este medio, Pedro adquiriría una perspectiva adicional al ajuste que era necesario para acoger a los gentiles en la Iglesia.

“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie  a la derecha de Dios. ¡Veo el cielo abierto, exclamó,  y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios!  Hch. 7:55-56 NVI. 

Esteban fue martirizado por su fe. Jesús, que está “a la derecha” del Padre, está de pie, para honrar y darle la bienvenida al primer mártir de la Iglesia. El punto se vuelve más claro: Cielos abiertos dan una percepción mayor y más clara de la máxima realidad. Y no ver a Jesús en el trono, y no vivir conscientes de esa realidad, siempre causará que seamos más conscientes de realidades inferiores. 

Finalmente, la experiencia de Juan en el Apocalipsis: 

Después de esto miré y allí en el cielo había una puerta abierta. Y la voz que me había hablado antes con sonido como de trompeta me dijo: “Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto”. Al instante vino sobre mí el Espíritu y vi un trono en el cielo y a alguien sentado en el trono. Ap. 4:1-2 NVI 

Este pasaje habla del deseo de Dios por nosotros, esto se revela en su invitación, “Sube acá. Ese Cielo abierto estaba allí para permitir que Juan viera lo que tiene que ocurrir en el futuro. Los Cielos abiertos nos dan un punto de observación singular desde el cual ver. La percepción más clara en la esfera Celestial. Todos ven mejor y piensan con más claridad en ese ambiente del cielo.

Resumiendo: Jesús experimentó Cielos abiertos en respuesta a su obediencia en su bautismo en agua. En Malaquías vemos Cielos abiertos en respuesta al diezmo y la ofrenda. Fruto de la obediencia en la mayordomía de los recursos. Pedro, experimentó Cielos abiertos para que pudiera VER lo que él tenía que hacer. Y Esteban vio Cielos abiertos para tener una percepción más clara y mayor de la Máxima Realidad; Jesús está a la derecha del Padre. Juan, experimentó Cielos abiertos para ver lo que tiene que ocurrir en el futuro.

Con Cielos abiertos TODOS ven mejor y TODOS piensan con más claridad. Entonces pidamos al Señor que nos conceda experimentar Cielos abiertos en nuestras vidas, y nuestras ciudades.

 ¡Oh, si rasgaras los cielos, y descendieras! ¡Las montañas temblarían ante ti!  Is. 64:1 NVI  

Fue tanto una oración y una profecía acerca de un Cielo abierto. Ya que cuando Él rompe los cielos, Él viene

Pr. Rafael Vargas

 

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