La historia del Maestro virtuoso del balompié boliviano, la gente decía: Una cosa es el equipo cuando juega “el Maestro” y una completamente diferente cuando no lo hace. “El Maestro” es quien marca la diferencia. Ese jugador a quien se reconocía como “el Maestro” era un jugador necesario, brillaba con luz propia y los otros jugadores del equipo, quienes eran buenos deportistas, se los podría reconocer como útiles, pero no necesarios.
Esta introducción nos lleva a preguntarnos ¿Cuál es el papel de la Iglesia en nuestras ciudades? ¿Somos útiles, pero no necesarios? Nuestro potencial es obvio para todos nosotros, pero debemos reconocer la realidad de que no siempre se nos considera necesarios. Debemos preguntarnos qué cambios necesitamos hacer para volvernos necesarios. Is. 62: 6b-7 NVI 6 …Ustedes, los que invocan al Señor, no se den descanso; 7 ni tampoco lo dejen descansar, hasta que establezca a Jerusalén y la convierta en la alabanza de la tierra" ¿Cómo sería para nosotros, como comunidad de los redimidos, convertirnos en la alabanza en la tierra?
“Ustedes son la sal de la tierra; pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse”. Mt. 5:13-14 NVI
Además de nuestro impacto en la sociedad como sal, agregando sabor a la vida, también se nos llama luz. Sería incorrecto concluir que la luz está en nosotros mismos. Este es uno de los aspectos fascinantes del significado de nuestra conversión, porque sabemos que Jesús es la Luz que ilumina a todos los que vienen al mundo.
“Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo”. Jn. 1:9 NVI
Sin embargo, Jesús llama luz a todos sus seguidores. Eso quiere decir que no solo reflejamos quién es Él; irradiamos la naturaleza y la presencia de Dios en la tierra. Somos luz.
“Ustedes son la sal de la tierra; pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee”.Mt. 5:13 NVI
Jesús le estaba profetizando a un grupo de personas acerca de su propósito y destino en Dios.
Él está llamando a esa multitud a su potencial.
El solo hecho de ser llamado por Dios a algo grande hace posible entrar en esa grandeza.
Jesús le dijo a su audiencia, que la Iglesia es sal.
Necesitamos tener más fe y confianza en el impacto que tendrá la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. ÉL hará que nosotros podamos afectar nuestro entorno. Como la levadura incorporada a toda la masa, debemos sumergirnos en los asuntos de nuestras ciudades. Es desde esa posición que tenemos nuestra mayor influencia.
Para que este enfoque sea eficaz, debemos valorar y no menospreciar a las personas antes de que estas se conviertan. Si no les damos valor a pesar de que son "pre-creyentes", no habrá un honor genuino en nuestras relaciones.
La salvación es el milagro más importante de todos los milagros. Y también es el más urgente.
Los creyentes anhelamos que en la ciudad en que vivimos todas las personas pudieran tener un encuentro personal con Dios y tomarán la decisión de entregarle sus vidas y así nacer de nuevo. Sueño despierto, y digo cómo de diferente y hermosa sería la vida en esta ciudad, si todos los estantes y habitantes de la misma estuviéramos viviendo una relación personal con Jesús, que cada persona conozca la esperanza que trae vivir con la certeza que el Maestro camina con uno.
Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Lc. 7:36-38
Esta es una de las historias más hermosas del Nuevo Testamento y la protagonizó una mujer que hizo pública su adoración al Maestro al derramar un perfume costoso sobre Jesús.
Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
Jesús enseñó acerca del dinero y la riqueza en términos serios, “… dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!” Mr. 10:23-24 Jesús dijo que es difícil para los ricos entrar en el reino de Dios.
El apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo enseñó que el amor al dinero es una raíz del mal.“porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. 1 Ti. 6:10
Dios debido a su amor por Israel favoreció de una forma especial a David y le prometió que levantaría de su linaje a uno de sus hijos y que su casa y su reino serían afirmados para siempre. Esta fue una bendición tan obvia para la familia real, al punto que la Reina de Saba reconoció lo mismo sobre Salomón, diciendo que Dios lo había favorecido debido a su amor por Israel.
Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.
1 R 10:9
“Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”.
Jn. 16:15
Debemos aprender la diferencia entre lo que está en nuestra cuenta y lo que está en nuestra posesión.
La Palabra señala que todas las cosas me han sido entregadas y están en mi cuenta. Pero sólo puedo usar la medida para la que estoy calificado en mi entrega a los propósitos de Dios. Estoy "comisionado" en el mismo grado en que estoy sometido a Su misión principal.
Cada persona tiene una medida de autoridad y debe vivir bajo autoridad. La autoridad que mostramos nos es dada de acuerdo a cómo respondemos a aquellos que Dios ha puesto sobre nosotros. Son muchos los creyentes que se jactan de tener "toda autoridad", pero hay demasiado poco en sus vidas que lo demuestre.