Jesús enseñó acerca del dinero y la riqueza en términos serios,   “… dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!”Mr. 10:23-24  Jesús dijo que es difícil para los ricos entrar en el reino de Dios. 

El  apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo enseñó que el amor al dinero es una raíz del mal.porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. 1 Ti. 6:10

Cuando Jesús explicó su palabra con respecto a los ricos que tienen dificultades para ingresar al Reino, agregó que se trataba de una cuestión de confianza. 

Entonces la pregunta es, ¿Cuánto es demasiado dinero? 

Los líderes políticos de todo el mundo están tratando de establecer ese estándar para nosotros. Sin embargo, desde el punto de vista de Dios, es simple. Demasiado dinero es la cantidad que reemplaza la confianza.

Ésta es una aclaración importante, ya que la sabiduría atrae riquezas de todo tipo: dinero, favores, oportunidades, revelaciones, conocimiento y mucho más de lo que se podría enumerar aquí. Lo hace por diseño de Dios. 

Conocer el propósito y el uso apropiado de la bendición es la verdadera prueba de la vida de obediencia

Jesús les dijo a sus discípulos que aquellos que dejaron todo atrás para seguirlo obtendrían cien veces más de lo que entregaron - en esta vida. Mr. 10: 29-30 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”. Esto es extraño. Se siente como si Jesús estuviera diciendo: "Ten cuidado, el dinero te puede hacer mucho daño, hasta matarte. Y si lo dejas para seguirme, te devolveré cien veces lo que te puede hacer daño y hasta matarte en tu vida". 

Si bien eso puede ser una exageración, no está muy lejos. 

La obediencia trae incremento

Y mantener un corazón de entrega y obediencia es lo que nos permite manejar más sin dejar que eso nos destruya. Jesús está buscando personas que “no amen el mundo” tal que ÉL pueda confiarles el mundo a ellos. De hecho, sabemos que Jesús nos disciplina para que seamos más como Él es. Pero Él nos disciplina de manera que sus bendiciones no nos maten.

Es un engaño pensar que nuestra espiritualidad está probada por la abundancia de nuestros ingresos o posesiones, igual  es un error pensar que está probada por nuestra pobreza o carencia. 

Israel ilustró algo profundo a este respecto. Mientras viajaban a la Tierra Prometida, pasaron cuarenta años en el desierto. Su viaje nunca tuvo la intención de tomar ese tiempo, su incapacidad para lidiar con los problemas de su corazón hizo IMPOSIBLE que Dios les confiara esa tierra como herencia. 

Primero, este desierto tenía que convertirse en un lugar de completa confianza en Dios. 

Cuando salieron de Egipto,  se llevaron todo su oro con ellos. Eso debería considerarse una gran bendición de parte de Dios. Pero ¿donde iban ellos a gastar esa riqueza en el desierto? Convirtieron esta gran suma de oro en un becerro de oro. 

Todas nuestras bendiciones de Dios tienen el potencial de financiar nuestro propósito en Él o de convertirse en aquello a lo que nos rendimos en la adoración.

Los israelitas siguieron la nube de la presencia de Dios durante los cuarenta años, hasta que los llevó a su herencia. 

Aprendieron que seguir la Presencia de Dios era esencial; era la clave para su provisión y seguridad. Maná apareció en el suelo para comer. Salió agua de una roca para beber. La nube los mantuvo frescos en el calor del día, y la columna de fuego los mantuvo calientes por la noche, sus ropas no se desgastaron y fueron sostenidos por la salud divina. Es una hermosa historia sobre cómo aprender a confiar. 

Pero el desierto NO era la meta de Dios para ellos, la confianza en ÉL sí lo era. Su destino era la Tierra Prometida, donde ellos heredarían ciudades prósperas ya construidas, con cultivos y tierras desarrolladas, todo listo para ser dividido. 

Dios tenía abundancia en mente para su pueblo.

Israel se fue de Egipto y aprendió a confiar en Dios en el desierto, y a través de la confianza, entraron en su destino, la Tierra Prometida. 

Los discípulos de Jesús se fueron y aprendieron a confiar también. Pero antes de dejarlos, les ordenó que buscaran una espada. Pocas cosas representan mejor cómo manejar las posesiones correctamente que poseer una espada que no se puede usar. La única vez que Pedro trató de darle un buen uso a una espada, la usó mal y Jesús lo reprendió.

Debemos saber administrar bien los recursos del dinero y las oportunidades. 

Es casi imposible discipular a los líderes en el mundo empresarial sin tener prosperidad nosotros mismos. 

Nuestra prosperidad debe ser capturada por un propósito divino. Esto se hace de la forma en que utilizamos el dinero. Jesús nos enseñó conceptos clave sobre eso en sus parábolas. Las minas son monedas financieras que usó en sus parábolas. 

Lc. 19: 11-27 …Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí”.

Jesús habló de un hombre de negocios que reunió a sus siervos para darles una tarea. En cada caso, los sirvientes debían tomar el dinero del empresario e invertirlo bien, trayendo las ganancias a su regreso de un largo viaje. Los sirvientes que trajeron el aumento de su amo fueron elogiados y recompensados. Los sirvientes que protegieron sus sumas de dinero sin invertirlo fueron condenados porque trajeron lo que les dieron sin lucro.  Si bien estas alabanzas son mucho más que dinero, algo tiene que ser verdad primero en lo natural antes de que pueda usarse para ilustrar lo espiritual. El aumento no solo está bien; se espera y se requiere.

El resultado de administrar bien los recursos es parte de la responsabilidad de la mayordomía. Esta historia bíblica aplaude la inversión con fines de lucro.

Rafael Vargas S.

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