Dios es mejor aún de lo que yo pienso acerca de ÉL, es por ello que yo debo ajustar mi pensamiento y la sensibilidad de mi corazón hasta vivir consciente tanto de su naturaleza como de su presencia. Entonces esa consciencia luego se convierte en la realidad que vivo. La naturaleza del Señor debe convertirse en el punto de referencia para la vida.

Nunca debo dejar de ser consciente de su bondad. Ese ES el hogar permanente de mi corazón, el que va conmigo a dondequiera que yo vaya. El Señor quiere revelarse a quienes estén listos para adoptar lo que descubren. En muchos casos, nuestro antecede el poder ver más de Dios. Nuestro es la invitación para tener más de ÉL.

Una revelación de la verdad conlleva la responsabilidad respecto a esta. El Señor no va a revelar a alguien una verdad para hacer que esa persona sea más capaz  a la hora de debatir con aquellos que tengan un punto de vista diferente.

La verdad es el poder transformador de Dios que infunde libertad en la vida de aquellos que la reciben. Podríamos  decir que el grado de libertad en la vida de una persona depende de cuánta verdad decida aceptar de corazón.

La verdad es un sincero a un estilo de vida. Este estilo se convierte en algo que puede ser medido en la forma de vivir nuestra libertad. Jesús lo dijo así: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Jn. 8:32. Mi caminar por la vida empieza a fallar cuando mis pensamientos van en contra de quién es ÉL.

Cuando nuestras interrogantes muestran hambre por descubrir más, entonces dan fruto. Pero, cuando buscan desafiarlo son insensatas y nos llevan al orgullo intelectual y a la esterilidad espiritual. 

Lo que Dios DICE revela quién es ÉL. SU Palabra revela su naturaleza y manifiesta SU presencia.  Jesús NO hablaba verdades que luego ÉL no vivía. La gente de su tiempo reconocía esto como una de las razones de su inigualable autoridad y decían: “… ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”  Jn. 7:46.

Las mentiras tienen un precio extremadamente alto, ya que roban la vida de aquellos que las abrazan. Si yo creo una mentira, le estoy dando poder a quien la dijo. El diablo es el enemigo de nuestras almas, y trabaja para hacernos caer, con mentiras, intimidación, acusación y seducción. Su propósito es que nos cuestionemos quién es Dios en realidad. 

Recordemos el propósito de su interacción con Adán y Eva. Los indujo a que se cuestionaran los motivos por los cuales Dios les había ordenado no comer la fruta prohibida. 

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. Gn. 3:4-5.

El diablo acusa al Señor de usar sus mandamientos para protegerse a sí mismo de la humanidad al evitar que las personas se conviertan en seres como ÉL; es decir, en conocedores del bien y del mal. Esa mentira sin sentido fue la herramienta que Satanás utilizó para envenenar a la humanidad. Y ese engaño trajo maldición sobre la raza humana.

Adán y Eva intentaron obtener mediante una acción algo que originalmente ya tenían: ¡ fueron creados a imagen de Dios! ¡Ellos ya eran como ÉL! Su desobediencia los convirtió en seres iguales a quién habían obedecido: la serpiente.  Por esta razón, Jesús vino a rescatarnos.

Albergar una mentira puede traer consecuencias a nuestra vida: espíritu, alma y cuerpo. Es un veneno que trabaja en la mente y destruye nuestra identidad y propósito de vida.  El diablo miente acerca de la verdadera identidad de Dios y la nuestra. El tema de la identidad es central, es clave. Hasta podemos decir que todo parte de ahí. Por una rebelión, Satanás perdió su lugar de identidad con el Señor por la eternidad. Y ahora intenta hacer lo mismo con la única parte de la creación que fue hecha a imagen de Dios.

Pensar independientemente del Señor no es libertad. De hecho, pensar fuera del propósito y diseño del mayor genio creativo que jamás pudiera existir es la peor atadura que podríamos tener. El desafío comienza cuando nos damos cuenta de que Aquel que no es deudor de nadie nos ha hecho copartícipes de cuidar de todo lo que ha creado a través de una privilegiada relación en la que podemos descubrir su corazón.

El mejor regalo que podemos hacernos es buscar que nuestras vidas trabajen en conjunto con su bondad. Estar anclado en ella es la ilustración de libertad más hermosa que pudiera existir.

Pr. Rafael Vargas

SUBIR
Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
Abrir chat
Hola 👋🏻 ¿En qué podemos servirte?