Examina tu corazón y asegúrate que las Escrituras que vamos a mencionar sean parte de tu caminar diario, no solamente una parte de tu conocimiento acerca de Dios. Hay una gran diferencia entre tener un conocimiento de algo y tener ese algo como una parte vital que funciona en tu vida. Tú puedes creer algo con tu mente y en realidad que ese algo que crees no gobierne tu vida. Lo que tú crees en tu corazón y en tu espíritu eso es lo que te rige a ti

Hay escrituras fundamentales que tienen que estar “encendidas” en tu vida, para que tengas una comunión diaria con el Señor.  

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. Ro. 8:14. 

Cualquier hijo de Dios califica para convivir con Él y ser guiado por su Espíritu. Esto funciona por FE. Caminar con Dios y convivir con Él no es posible sin tener fe. Tienes que creerle a Dios y confiar en Él. 

“He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”.  Is. 59:1-2. 

Si tú estás consciente de que estás separado de Dios y tienes problemas oyendo a Dios eso es a causa del pecado. Cuando el pecado te separa de Dios tú no puedes oírle.

Cuando Él está conmigo hay un espíritu de paz y gracia a mi alrededor: lo que yo pienso que es una labor difícil, se vuelve una labor fácil con Dios.

Satanás no podía soportar que Adán y Eva se divirtieran en el Paraíso con Dios. Él no puede soportar que cualquiera de nosotros se sienta feliz con Dios porque es la criatura más miserable del universo. En cambio Jesús cargó con el pecado de toda la humanidad para que todos pudieran salvarse y pudieran alcanzar la vida eterna. 

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Jn. 1:12

Tú sólo puedes tener una relación fraternal con Dios, si te conviertes en hijo de Dios. Dios quiere comunicarse con sus hijos, quiere hablar con ellos, porque los ama. 

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” Jn. 10:27. 

“... Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”. Jn. 18:37b 

Si tú estás caminando en la luz, oirás al Señor. Tú solo tienes que creerlo y desearlo. Tienes que creer que Dios te ama y quiere comunicarse contigo. Tú necesitas decidir si tú quieres comunicarte con Dios. 

Vamos a alimentar tu fe:  

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. Pr. 3:5-6 Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. Sal. 145:18  Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.  Is. 43:2

Dios quiere estar contigo. Él anhela estar contigo. Él está muy cerca de aquellos que lo llaman de verdad.

Tú tienes que prepararte para amar a Dios “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”. 1 Jn. 4:19. Si no has experimentado el amor que Dios te tiene, no estás en posición de amarlo. Tienes que estar consciente de lo mucho que Él te ama. El más grande regalo de amor es su salvación, que Jesús haya dado su vida voluntariamente por ti. El amor es la mejor manera de obedecer. 

“Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Jn. 14:15

La fe es sencillamente confiar en Dios. 

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve…Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. He. 11:1,6. 

La fe es confiar en que Él hará lo que dijo que haría. Cualquier cosa que Dios dice que hará, te aseguro que lo hará. Solo averigua que Él no tenga condiciones, si las tiene, averigua cuales son. Si cumples las condiciones, Dios hará precisamente lo que dijo que haría.

“… porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado”. Ro. 14:23b Esta es una verdad sencilla. Cualquier cosa que no tiene base de confianza en Dios es pecado. Lo que hizo Eva, algo que le pareció bueno a ella, pero hecho sin confianza en Dios, fue pecado. Si ella hubiera confiado en Dios, no le habría desobedecido. En cualquier momento que desobedezcas a Dios, es porque dejaste de fiarte de Él. Si confías en Él, lo obedecerás. Sin obediencia, no hay amor de Dios. Si tienes más amor y confianza en Dios, obedecerás más. Si Dios dice algo que no te gusta, debes comenzar a unir la fe con tu amor o no vas a obedecer. Tienes que confiar en Él.

Puedes comunicarte con Dios. 1 P. 5:7 dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. Comunicarte con Dios para dejar todas tus preocupaciones a ÉL porque se interesa por ti. Esto te condiciona a caminar con Dios. Tienes que acercarte a ÉL para echarle tus inquietudes. Si Dios te ha dicho que lo hagas y no lo haces ¿qué es esto? Es pecado.

Si tu confías en Él, le darás a Él tus ansiedades. Si tú tratas de resolverlas tú mismo ¿qué estás haciendo? Estás pecando porque no confías en Dios. Cuando confías en Dios, lo tendrás presente a ÉL en todo lo que tu hagas. La razón por la que te olvidas de reconocer a Dios es porque en verdad no confías en Él.

¿Te das cuenta de lo mucho que nos engañamos? Dios nos advierte que no hagamos cierta cosa, pero no obstante, lo hacemos. Hallamos una manera de evitar confiar en Él y echamos la culpa a otra cosa.

Pr. Rafael Vargas

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