Nuestro Padre Celestial nos ha enviado OTRO consolador; es decir alguien igual de poderoso a Jesús. Él no nos iba a dejar indefensos, ni con un maestro de talla menor a Jesús. Espíritu Santo es una persona, y como tal quiere ser nuestro amigo. Él quiere que lo conozcamos un poco más cada día.
Cuando oramos por las personas y Espíritu Santo es quien trabaja, no se trata de nosotros. No se trata de nuestra capacidad o la falta de ella; y mientras más conscientes estemos de ello, seremos más libres para para poder ayudarles en sus necesidades; así alcanzaremos a los que tienen el alma herida, las finanzas rotas, hambre y sed de justicia, los quebrantados de corazón y aquellos insatisfechos con su manera de vivir.
Jesús tenía acceso a un poder mucho mayor a la capacidad natural de cualquier persona; lo que le daba la habilidad de hacer posible lo imposible: caminar sobre el agua, devolver la vista a ciegos, sanar enfermos, resucitar muertos, calmar tormentas. Mr. 5:1-7 1 ... 2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 3 que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. 5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 6Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él…. ¿Dónde estaban en ese momento los discípulos? Seguro estaban alineados detrás de Jesús para protegerse del loco que rompía cadenas. Pero EL permaneció allí confiadamente y liberto a este hombre de los demonios que lo acosaban. Ese es el temple que vieron los discípulos en Jesús, ahí vieron el poder que había en EL y allí vieron la confianza con la que Jesús encaraba las situaciones anormales.
Los discípulos vieron a Jesús hacer milagros increíbles, habían caminado con el maestro perfecto por tres años. Cuando leemos la forma en que ellos se comportaban mientras Jesús estaba con ellos, en lugar de ser un equipo imparable; ellos eran un caso perdido. Ni siquiera tenían idea quien era Jesús. Lc. 9:20 20Él les dijo: ¿Y vosotros, ¿quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios. Otro de los discípulos le robaba dinero y luego lo traiciono. Todos ellos, excepto uno; abandonaron a su maestro cuando fue colgado en la cruz. Pedro, el fuerte del grupo, negó conocerle cuando arrestaron a Jesús. Los discípulos de Jesús lo defraudaron, también defraudaron a la gente que había recibido milagros de Jesús y a los que habían sido testigos de los mismos, defraudaron a la gente que había escuchado sus enseñanzas.
A propósito, ¿Dónde estaban los cinco mil hombres que vieron el milagro de los cinco panes y los dos peces?
¿Donde estaban las personas que recibieron sanidad? ¿Dónde estaban los leprosos y sus familias que luego de las sanidades milagrosas pudieron tocarse sin temor a contagiarse? Todos lo abandonaron. Aquellos que habían obtenido más de Jesús parecieron ser los que más rápido lo abandonaron. ¿Cómo fue esto posible?
Aunque los discípulos le habían entregado su vida a Jesús, ellos no tenían acceso al poder de Espíritu Santo. Ellos no podían tenerlo porque Jesús todavía no había enviado a Espíritu Santo. Aunque los discípulos tenían buenas intenciones, ellos no tenían acceso al poder de Dios, a ese que proviene de tener un encuentro con Espíritu Santo. Los discípulos estaban operando en sus propias fuerzas. Todo ello cambio en Pentecostés.
Jn. 14:25-26 25 … 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Con estas palabras Jesús les explico a sus discípulos que E.S. vendría pronto. Luego de resucitar, él les recordaría este hecho. Hch. 1:4-5 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Jesús les pidió que se quedaran en Jerusalén porque sabía que ellos estaban indefensos sin Espíritu Santo.
Luego que Jesús ascendió al cielo; Espíritu Santo llegó. Y cuando irrumpió en el lugar, por primera vez en sus vidas, los discípulos experimentaron un poder que transformó sus vidas y el cambio fue dramático. Apenas sucedió aquello, Pedro, el discípulo que había tenido miedo reconocer a Jesús en presencia de sus angustiadores, se paró en público y predicó un mensaje que inspiro a más de tres mil personas a seguir a Jesús. Poco después Juan y Pedro predicaron, esta vez los convertidos fueron como cinco mil. Hch. 4:4.
¿Qué hizo la diferencia en la vida de los discípulos? Si ellos ya conocían a Jesús. Ya habían decidido seguirle. ¿Por qué ahora eran tan valientes y efectivos? La gran diferencia fue que ahora ellos tenían a Espíritu Santo dándoles poder. Enfrentaron problemas, amenazas, pero ellos no abandonaron su fe. Su convicción era fortísima y con el tiempo muchos de ellos habrían de pagar con su propia vida por seguir a Cristo. No solo los discípulos, hombres, mujeres y niños fueron echados a los leones o fueron torturados. Habían desaparecido los seguidores de Cristo cobardes y miedosos y en su lugar había poderosos hombres y mujeres llenos de poder de Espíritu Santo; quiénes empezaban a vivir como Jesús.
Si quieres vivir la vida que Dios quiere que vivas, tienes que tener una íntima relación con Espíritu Santo, vas a necesitar el poder como lo necesitaron los discípulos de Jesús. De ellos empezó a irradiar poder y confianza, después que Espíritu Santo los marco, lleno y empodero. Podemos tener acceso al poder sobrenatural de Dios a diario, y eso nos va a permitir hacer mucho más de lo que podríamos hacer en nuestras propias fuerzas. ¡Más de lo que jamás soñaste que fuera posible!
Pr. Rafael Vargas S.