Mt. 5:88 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
¿Qué significa ser de limpio corazón? En el contexto hebreo y griego, ser de limpio corazón significa tener una mente enfocada, una sola mente. Tener una sola mente significa estar enfocado completamente en tu propósito de vida. Ese enfoque debe ser preciso tal como se enfoca un rayo láser
Limpio de corazón no es otra cosa que tener la voluntad de hacer UNA sola cosa. Fil 3:1313 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante. Pablo continuó con respecto a esta única cosa en la que él decía que estaba enfocado en alcanzar, Fil 4:88 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Si tu mente este centrada en todo lo señalado anteriormente, te va a ir bien.
Muchos se hacen la siguiente pregunta: ¿Por qué no soy exitoso como cristiano? La respuesta es simple: No eres exitoso como cristiano, porque no te has enfocado en el propósito que Dios tiene para tu vida. Tú tienes un llamado importante y santo de parte de Dios. Es tu deber encontrarlo, saber en qué consiste. Y una vez que lo sepas, has esa única cosa que te ha sido encomendada con todo tu corazón, alma, mente y todo tú ser; entonces estarás viviendo la buena vida.
Es mucho mejor intentar hacer algo grande y aun fallar, que planear no hacer nada y tener éxito. Los atletas que acuden a las Olimpiadas se enfocan en sus respectivas especialidades, como si tuvieran rayos laser, por años: Para correr los 100 m en menos de 10 segs., una sola es la carrera que interesa ganar, la final y para ello se tiene que emplear menos de 10 segs. Mínimamente por 4 años, cada cosa que comen y cada cosa que hacen están con el foco puesto en esos pocos segundos de accionar a la perfección. Cuando llegan a la meta, sus rostros denotan satisfacción y en muchos casos derraman lagrimas de alegría, porque su enfoque dedicado les permitió alcanzar sus metas.
De igual manera sucede con nosotros, la buena vida llega cuando cumples la misión dada por Dios para tu vida. Los puros de corazón tienen acceso a Dios. Están entre los más favorecidos en el Reino de Dios. Hoy y en el futuro, los puros de corazón verán a Dios.
Moisés vio al Señor en la zarza ardiente y guío a los israelitas para librarse del Faraón. Aquel breve encuentro con el Señor transformó a Moisés, de ser un pastor de ovejas en un hombre apasionado, enfocado en la misión que Dios le asignó, y así pudo triturar al paganismo egipcio y lograr su objetivo.
Los discípulos huyeron aterrorizados cuando el Maestro fue crucificado, pero esto cambio cuando vieron al Hijo de Dios resucitado. Cuando ellos vieron la silueta del Señor caminando en la playa, en ese momento se produjo un giro instantáneo, un cambio, una transformación para siempre. Pedro predicó luego de Pentecostés y tres mil personas fueron salvas. Él caminaba por las calles y de pronto los enfermos eran sanados al tocar su sombra. La historia registra que los discípulos fueron voluntariamente al lugar donde fueron martirizados, algunos de ellos terminaron crucificados de cabeza, otros fueron cortados, otros fueron llevados a prisión y otros a exilio; a pesar de ello, permanecieron fieles, con corazón puro, enfocados en el llamado y la voluntad de Dios para sus vidas.
¿Qué provoco el cambio en estos hombres? La respuesta es: Tuvieron un encuentro real con el Señor resucitado. Tocaron su costado herido. Partieron pan y comieron peces con ÉL. Los fantasmas no dejan migas ni tampoco las espinas de los peces en la playa. Los discípulos se convirtieron en Leones de Dios porque ellos conocieron que Jesús es la Resurrección y la Vida.
Estaban dispuestos a dar sus vidas, pero no por un fantasma, tampoco por un recuerdo, ni por una tumba ocupada por un carpintero muerto. Ellos vieron al Señor de Gloria, al Cordero de Dios, al León de la Tribu de Judá, vieron a la Luz del Mundo y entonces supieron que había un Reino Eterno. Ellos dieron sus vidas por ese mensaje y por ese reino eterno.
Cuando tienes un encuentro personal con el Señor: tus cargas son levantadas porque ÉL es quien lleva tus cargas; la oscuridad de tu noche se convierte en un brillante amanecer y las cadenas de miseria y el yugo de aflicción se rompen.
Vivir la buena vida implica vivir enfocados en el propósito de vida que Dios nos ha dado.
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Pr. Rafael Vargas S.