Las tres fiestas instituidas por Dios, la Fiesta de la Pascua, Pentecostés y de los Tabernáculos; corresponden a los tres espacios definidos en el Tabernáculo de Moisés.
El atrio exterior del tabernáculo era el lugar de redención y limpieza. Antes de acercarse a Dios, los pecados tenían que ser cubiertos y la impureza tenía que ser quitada. El “lugar santo” era un lugar para la celebración por la provisión de Dios, la mesa del pan por la provisión material, el candelabro con siete brazos por la provisión del Espíritu Santo iluminando nuestras vidas; el altar del incienso representaba la provisión del acceso a Dios a través de la oración. Luego de estos dos espacios, había una barrera: El Velo, este separaba el Lugar Santísimo del pueblo; solo el Sumo Sacerdote podía atravesarlo una vez al año. Allí moraba la gloria de Dios y su presencia era tangible.
El ciclo de tiempos de encuentro con Dios fue diseñado para transportarnos del atrio exterior, a través de todos los pasos de preparación y para finalmente entrar a la increíble experiencia de la Gloria de Dios. Necesitamos entender estos ciclos y tiempos de encuentro, porque cada año te llevan a través de un conjunto de transacciones espirituales que te acercan más a SU presencia, y forman un ciclo diseñado para romper el poder del enemigo y restaurarte a la bendición de Dios.
Si celebramos estas fiestas, no como rituales religiosos, sino como tiempos para encontrarnos con Dios, estas nos van a habilitar para acercarnos más a Dios y nos van a ayudar a permanecer libres de la opresión de Satanás. Para estar saludable, necesitamos una dieta espiritual balanceada. Las fiestas de Dios aseguran que vamos a obtener aquello que necesitamos año tras año, porque cada fiesta tiene un propósito diferente.
Pascua. – Se celebra en la primavera. Es el tiempo para limpiar la casa, tanto material como espiritualmente. Implica hacer un chequeo espiritual, un paso en liberación como primer elemento del ciclo anual de fiestas.
La Pascua nos recuerda como el poder de Dios libero a los israelitas de Egipto en el pasado, y nos llena de fe para el futuro. La fiesta de las primicias, está incluida en la Pascua como un tiempo para dar una ofrenda de primeros frutos al inicio del ciclo de Dios para asegurar SU provisión en el año que tenemos por delante.
Pentecostés. – Es el tiempo para traer al Señor los primeros frutos de la cosecha de trigo, en agradecimiento por SU provisión material. Es también una celebración de la revelación en SU Palabra. Dios dio la Torah a Moisés en Pentecostés. También esta fiesta provee un tiempo para ser llenado por el Espíritu Santo y ganar una nueva visión para cumplir su gran comisión.
Tabernáculos. – Empieza con la Fiesta de las Trompetas. El sonido de la trompeta es un llamado a estar alerta espiritualmente. Es un tiempo para pedirle a Dios que te muestre donde fue que te empezaste a alejar de EL. El pueblo de Dios es movido a buscar al Señor por dirección para el próximo año y escuchar así a los profetas. Luego de la Fiesta de las Trompetas, nos movemos al día de la expiación, el cual es un día de arrepentimiento y restauración; cada año tomas un tiempo para buscar en tu corazón e identificar cualquier pecado o deshonra que este estorbando tu caminar con el Señor. 1 Jn. 1:9. Y en este día, nos aseguramos que el pecado sea puesto “bajo la sangre del Cordero de Dios” y retomamos nuestra comunión con Dios.
Finalmente, está la Fiesta de los Tabernáculos, la cual es una fiesta de larga celebración de regocijo en el Señor. Durante este tiempo dejamos de hacer cualquier otra actividad, celebramos su bondad, y experimentamos un vislumbre de SU Gloria la cual esta designada a ser un anticipo del cielo.
Las fiestas empiezan en Pascua con la redención y terminan cada año en los Tabernáculos experimentando la gloria de Dios. Estas fiestas han sido diseñadas para llenarte de gozo. No son un ritual muerto en que vayas a tener terror, sino algo que tú vas a esperar cada año. Dios quiere que disfrutemos sus fiestas. Las palabras que EL usa para describir sus fiestas son interesantes: HAG – Viene del verbo “danzar” y es “una celebración llena de gozo y alegría” y HAGAG – que significa:” regocijarse” Esta definición incluye acciones salvajes, confusas como el comportamiento de una persona ebria (Hechos 2). Entender estas palabras nos permite visualizar el propósito de Dios con estas fiestas. EL podía haber establecido que sus fiestas fueran tiempos de dolor, tristeza o un severo ayuno y arrepentimiento, pero no lo hizo.
Dios quiere que disfrutemos con EL, experimentemos su bondad conforme celebramos el ciclo de sus fiestas cada año. Dios se reúne contigo y te lleva a acercarte más a EL. En este proceso, las estrategias destructivas del enemigo en contra de tu vida son rotas, continuamente vas ganando nuevos conceptos acerca de Dios conforme vas desarrollando un entendimiento del arrepentimiento y la liberación del amor de Dios a través de SU Palabra, y de experimentar SU poder.
Bajo el Nuevo Pacto sellado con la sangre, muerte y resurrección de Jesús. Somos libres de celebrar una fiesta o no hacerlo. Dios va a permitir que te pierdas SU bendición si eso es lo que tú quieres. Así que no te pongas como juzgador con las personas que no quieren celebrar las fiestas del Señor. El ciclo bíblico de fiestas fue establecido para que nosotros recibamos la bendición de Dios. Si perdemos alguna de ellas, la sincronía con Dios no será la misma.
Cada fiesta está diseñada para ser un tiempo en el que Dios invade nuestras vidas para equiparnos y volvernos exitosos en la próxima estación que se avecina.
Pr. Rafael Vargas S.