El temor es un poderoso sentimiento, poco placentero que está asociado al riesgo o al peligro. Esta emoción puede ser real o imaginaria. La emoción del temor es una respuesta defensiva a un estímulo que ha irrumpido en la atmósfera que nos rodea. Esta emoción sirve como una motivación para escapar a un lugar seguro. El temor es un sentimiento de ansiedad y agitación causado por la presencia del peligro.
El temor puede volverse tu forma de vida, si tu ansiosamente anticipas todo tipo de peligros que pueden alcanzarte. El temor que está integrado a tu forma de razonar puede producir una gran confusión en tu vida.
Este puede atormentar a un individuo y hacer que esa persona se sienta impotente, sin autoridad, y paralizado. El temor viene en varias formas y aspectos y provoca que tu alma entre en un estado de alerta. Es una emoción maravillosa si está bajo control del Espíritu Santo, caso contrario, el espíritu de temor, empieza a controlarte, con la consiguiente pérdida de poder, y la infiltración demoniaca que empiezas a sufrir. El temor tiene una progresión que te lleva para abajo. Una vez que un temor empieza, este se conecta con incontables escenarios que te arrastran a la cautividad, provocando carencia de gozo y perdida de paz.
El temor puede ser una emoción adictiva debido al ímpetu que provoca la adrenalina que fluye por el cuerpo. El dar la bienvenida a repetidas dosis de adrenalina, hace que estés desprevenido del stress que produce este espíritu en tus órganos, y eventualmente, puede ser como una droga que necesitas para vivir.
El temor se basa en algo que tú piensas que puede suceder en el futuro. Cuando creas escenarios en tu mente, los cuales no vienen de oír la voz de Dios, el proceso mental que se suscita en tu interior provoca una fricción en tu alma, la cual eventualmente termina en muchas debilidades físicas y enfermedades. Por el contrario, la profecía te prepara para el futuro, porque la voz de Dios produce fe. El temor es lo contrario del amor, y niega el trabajo de la fe. El temor es una proyección de tu mente y razonar esto te lleva a enemistarte con el Dios que te ha creado y ha enviado a su hijo a redimirte, dándote victoria eterna sobre la muerte. El mayor de los temores es el temor a la muerte. He. 2:14-15.
Uno de los temores más grandes es sin duda el temor a la oscuridad. Con la plaga de la oscuridad Dios demostró su poder sobre el sol, ÉL tenía poder sobre la luz y ÉL mismo era la luz. Ésta demostración del poder de Dios trajo una gran confusión al sistema del mundo de esos días. Para aquellos alineados con la oscuridad, esto les produjo un gran temor. Sin embargo, aquellos que confiaban en Dios estaban seguros.
Haz que el temor trabaje a tu favor, que te ayude a avanzar. El temor puede trabajar con tu intuición para ayudarte en el proceso de guardar, proteger tu vida y tus posesiones. Cuando tienes un sentimiento de temor, este puede ser una forma de discernimiento que te permite saber que algo no está bien en tu entorno.
Creo que si desarrollas tus habilidades proféticas y predictivas en el Espíritu, el temor se puede convertir en una gran percepción. Si niegas la emoción del temor, puedes perder la vista del peligro a tu alrededor.
Un beneficio del temor es que la emoción que tu sientes puede predecir lo que está por caer en tu camino. Sin embargo, tu nunca debes caer en pánico. El pánico ocurre cuando tu imaginación toma control de la sensación que tu estas percibiendo en tus emociones. Cuando tu recibes una señal de temor en tus emociones, debes ser cauteloso para analizar con que está ligada esa señal.
Existen otros beneficios del temor. El temor reverente de que existe un ser más grande que nosotros a quien podemos adorar nos lleva a la sabiduría y la acción. Para desarrollar tu verdadera identidad, tú tienes que vencer el temor. Porque tu identidad en el Señor te da autoridad. Is. 41:8- 13.
Como pueblo de Dios necesitamos ser llenos con nuevas fuerzas y gozo. Necesitamos aprender a reírnos de nuestros enemigos y de la confusión que nos rodea. Mientras experimentamos esta sensación de alegría y gozo abundante, ver el poder del enemigo siendo quebrado desde nuestra posición de autoridad. Tenemos que usar vestiduras de alabanza para que lo vean los principados y potestades, así que empieza a cambiar tu guardarropía y empieza a utilizar vestiduras de confianza, de fortaleza, de gozo y de alabanza. Vestido con estas vestiduras espirituales, tú vas a causar el mismo efecto que causaron los espías de Josué cuando los envió a espiar Jericó. Josué 2:9-11.
Somos criaturas peligrosas, con gran autoridad en el reino terrenal. Cuando hemos sido llenos del Espíritu Santo no debemos tener temor, debemos avanzar con confianza en pos del destino que EL ha planeado para nosotros antes de la fundación del universo. Este es un tiempo en el que debemos movernos con valentía.
Existe la gran ventaja que la luz tiene sobre la oscuridad. El Espíritu Santo es un testigo de luz y nos revela cómo podemos romper el poder de la oscuridad. Por ello, tú no tienes por qué tener temor de la oscuridad.
Decreta que ninguna maldición que hubiera sido hablada y establecida contra ti prosperara. Declara que lo amargo se volverá dulce. Grita “mi temor me hará reír”. Declara que eres libre de cualquier trampa oculta. Pídele al Señor que te llene de gozo y alegría y que tu boca este llena de risa. Pídele a Dios que aumente tu fe de manera que siempre seas un vencedor.
Pr. Rafael Vargas S.