Poco antes de partir de este mundo Jesús les dijo a sus discípulos Hch. 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Más que ser equipados, somos empoderados por Dios para ser sus testigos acá en la tierra y confirma nuestra relación con él a través del Espíritu Santo: Ro. 8:14,16 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. … El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. “Nos enseña y nos recuerda su palabra: Jn. 14:26. El nos dice que vamos a decir: Mr. 13:11. Él nos ayuda en nuestra debilidad: Ro. 8:26.
Dios nos da poder para vivir los seis valores universales. No existe duda en cuanto a que Dios, la vida y el cuerpo son de lejos mucho más valiosos que el dinero, la comida y el vestido. Pero Jesús NUNCA dijo que el dinero, la comida y el vestido no tuvieran valor.
Cuando perdemos nuestro trabajo o ingreso esa situación produce efectos en nuestra vida espiritual, relaciones y salud. La verdad es que el dinero no es el problema real, la codicia lo es. De forma similar, la comida y las cosas que disfrutamos nos las dio Dios, el problema es la glotonería y la lascivia que socavan su valor. Finalmente, las ropas y las cosas materiales tienen un valor obvio. Tampoco ellas son el problema, el materialismo lo es.
Como cristianos debemos vivir nuestra vida con una fe que le compete ser aplicada sobre los seis valores universales.
Nosotros sabemos que no se puede vivir la vida en la tierra si no tienes dinero. Con esta aseveración en mente, las palabras de Salomón nos van a sonar a verdad Ecle. 10:19 “Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.” Las herejías a menudo se derivan de razonar una parte de la Biblia y no todo su consejo. Como un todo la Biblia dice que el dinero se vuelve como un dios que esclaviza a las personas. Y establece que “el amor al dinero es la raíz de todos los males”. Entonces ¿qué es lo que Salomón quiso decir cuando escribió “el dinero es la respuesta para todo”?.
El Espíritu Santo inspiró y permitió todas las palabras de la Biblia para que nos traigan verdades vitales. Salomón estaba razonando en el contexto de cómo llevar adelante el gobierno en su calidad de Rey. Lo que él estaba expresando es que mientras las fiestas y el regocijo, la comida y el vino pueden mitigar las preocupaciones del pueblo, finalmente las soluciones económicas son la respuesta final a las necesidades de las personas.
La perspectiva de Salomón también apunta a que las personas aman comer, beber y celebrar. Después del dinero las personas imploran por comida, bebida y celebraciones; todas ellas símbolos de diversión. Esto se alinea con la jerarquía de valores de Jesús, donde el dinero es seguido de la comida o cosas que anhelamos y disfrutamos. El dinero es más valioso porque es capaz de comprar aquello que nos apetece y mucho más.
La Biblia tiene mucho que decir acerca del dinero, la comida y el vestido, pero los cristianos con frecuencia evaden discutir al respecto. 16 de las 38 parábolas tienen ver con cómo manejar el dinero y las posesiones. La Biblia da 500 versículos sobre la oración, poco menos de 500 versículos sobre la Fe, pero más de 2,350 versículos sobre el dinero y las posesiones.
El dinero afecta nuestras relaciones más básicas. La mayoría de los matrimonios que fracasan lo hacen por problemas financieros.
Nosotros debemos saber que dice Dios acerca del dinero, debemos vivir esos preceptos, ser capaces de modelarlos y enseñarlos a otras personas. Si nosotros, NO discipulamos a las personas en los seis valores universales, podemos ser exitosos en levantar personas espirituales, que amen a Dios y a sus familias pero que no tienen la habilidad para permanecer saludables, adinerados y sabios. Peor aún, van a tener moral cuando se trate de Dios y la familia, pero no la van tener si se trata de sus trabajos, finanzas o diversión.
Dios tiene la capacidad de transcender el mundo natural y suplir las necesidades de su pueblo con buena salud y riquezas. Si el discipulado va a ser real, tenemos que ayudar a las personas a creer que las palabras de la Biblia no son promesas vacías. Y aferrarse a estas promesas como verdades del evangelio, Dios quiere reunirse con su pueblo y suplir todas sus necesidades.
Deberíamos declarar que “EL es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”.
Pr. Rafael Vargas Salgueiro