El deseo de Moisés por conocer a Dios le dió acceso a una revelación que el pueblo de Israel nunca tuvo, a él se le permitió ver la figura de Dios, pero a Israel no.
Sal.103:7 NVI “Dio a conocer sus caminos a Moisés, reveló sus obras al pueblo de Israel”.
Los caminos de Dios sólo se descubren por medio de los hechos divinos, pero sólo pueden ser reconocidos por aquellos que están hambrientos de ÉL.
Desear encontrarse con Dios
El hambre por Dios es una de las mayores señales de vida que alguien puede tener. Algunas personas creen que la presencia de Dios está con ellos, pero al no tener una verdadera experiencia con Dios, se estancan. Debemos migrar de una conciencia intelectual al hambre por tener encuentros con Dios, que satisfagan nuestro corazón y que produzcan transformación de vida.
El deseo mismo es un testimonio de que hay más, y el hecho de que anhelamos buscar a Dios debe animarnos a intentar este encuentro personal. Mi corazón clama por Dios, porque fui creado para encontrar la plenitud solamente en ÉL. Y mientras más le conozco, más me convenzo de que ÉL será fiel de satisfacer el deseo que puso en mí.
Jn. 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.
Esta es una promesa para todos los que le aman. Él se dará a conocer a nosotros. Dios nos ha dado esta promesa, para que le busquemos con un corazón rendido y con la confianza de que ÉL será hallado por aquellos que le aman y le buscan con todo el corazón.
Dios mira el corazón
Dios se revela a aquellos que le aman. El mejor ejemplo que podemos encontrar en la Palabra es David. Cuando Dios ordenó a Samuel ungir al hombre que había escogido para reemplazar a Saúl, Dios le hizo una aseveración muy importante dijo que Él no miraba la apariencia exterior, sino el corazón.
El corazón de David por Dios fue lo que atrajo a ÉL. Así fue como resultó ser el elegido para ser rey de Israel. Dios es atraído de una manera más intensa hacia aquellos corazones que han sido refinados por la búsqueda de ÉL.
La pasión de David por Dios se vio cuando estaba a solas y cuidaba a las ovejas de su padre Isaí. Cuando nadie nos observa, allí salen a relucir los verdaderos deseos de nuestros corazones. David ya era un talentoso músico que componía canciones para adorar a Dios.
Sacrificio de acción de gracias y de alabanza
Israel había recibido instrucciones de parte de Dios para que se ofrecieran sacrificios de sangre como expresión de adoración. Pero ellos habían recibido muy poca luz respecto al sacrificio de acción de gracias y de alabanza; el cual fue revelado a David como consecuencia de su apasionada búsqueda de Dios. Una búsqueda con un corazón que tenía hambre por conocer a Dios.
David descubrió que el sacrificio de acción de gracias y alabar a Dios eran muy importantes a los ojos del Todopoderoso; de esa manera aprendió que lo que realmente le agrada a Dios es la ofrenda que brota de un corazón contrito y humillado. Y Él más que nadie estaba ansioso de ofrecerlo. Su celo por Dios se hizo evidente, a medida que se entregaba a sí mismo al privilegio de ser un adorador.
Integridad cuando nadie observa
Muchos tienen pasión por alcanzar sus metas o sus ambiciones personales, pero David no era así. Cuando las ovejas de su padre eran atacadas por un oso o un león. David arriesgaba su vida para salvarlas. Y esto, él lo hacía cuando nadie lo estaba observando. Eso fue el producto de su identidad en Dios. En su corta edad, él ya tenía un coraje y una integridad excepcionales, los cuales lo prepararon para el momento en el que Dios le permitió vencer al gigante Goliat, cuando toda la nación estaba mirando. Una victoria en privado conduce a una victoria pública … porque Dios muestra su rostro a los que demuestran carácter cuando nadie los mira.
Los líderes sin pasión solo perjudican a todos los que les siguen.
Pr. Rafael Vargas S.