En el monte Carmelo hubo una tremenda confrontación entre los poderes del mal contra los poderes de Dios, y el resultado de este enfrentamiento fue un retorno a Dios.
Es un hecho que la maldad ha venido aumentando y aumentará más aún, pero de igual manera, donde abunda el mal, sobreabunda la gracia. Así como el poder del “enemigo” se acrecienta, el poder de la Iglesia del Señor también se incrementará y habrá un incremento exponencial de acciones sobrenaturales que vivirá la iglesia.
2 Ts. 2:8-9 “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos”.
Habrá quienes traten de engañar a los santos, pero habrá más señales y maravillas genuinas en la iglesia como nunca antes se han visto.
Fe y obediencia
¡Es hora de ser fuertes en el Señor y en la Fe! ¿Cómo demostraremos nuestra fe? Tenemos que tener claro qué es la Fe. Una parte de la fe es lo que se cree, pero no necesariamente lo es todo. La fe también se describe bíblicamente como la obediencia a las directivas de Dios.
Cuando uno escucha a Dios y obedece lo que ÉL dice que se haga, eso es fe. Y ese algo será probado. No será fácil, porque uno está entrando en campo enemigo. Entonces, Dios te habla, guía y ayuda a moverte.
Necesitamos sintonizar nuestros oídos espirituales para oír la voz de Dios y para poder ministrar sobre las necesidades de las personas. Entonces el poder del Espíritu Santo se manifestará a través de nosotros porque obedecimos y ese acto de poder liberará el poder del cielo acá en la tierra.
Sigamos a Dios y no a otros poderes de esta era
1 R. 18:17-19 “…Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel”.
Elías convocó a todo Israel, y a los 450 profetas de Baal y a los 400 profetas de Asera al monte Carmelo.
“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”. 1 R. 18:21
Espero que ninguno de Uds. vacile tratando de decidir a quién seguir: si a Dios y su poder o a los poderes de esta era maligna. Dios es celoso y no comparte su afecto con otros dioses. Cuando los israelitas mezclaron sus creencias y afectos con otros dioses, apartándose del Dios verdadero; les cayeron grandes desgracias.
1 R. 18:24 “Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho”.
Para Elías tuvo que ser una situación difícil de enfrentar, pero es seguro que él escuchó la voz de Dios que le dijo que dijera esas palabras. Y por fe, él tuvo que actuar sobre dichas palabras. Al hacerlo, su obediencia era sinónimo de fe.
1 R. 18:30-35 “Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado… Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja”.
Entonces Elías oró a Dios, 1 R. 18:36-37 “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos”.
Elías le dijo a Dios, que había hecho todo conforme a sus ordenes. Eso es obedecer. Eso es fe. Y como respuesta instantánea, descendió fuego del cielo, y quemó el sacrificio, el buey y las piedras. Cuando los israelitas vieron eso se humillaron y clamaron “…¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” vs. 39.
Conclusión
Esa batalla fue ganada por la obediencia de Elías a la dirección de Dios. Pidió que cayera fuego del cielo y fuego del cielo cayó. Ese milagro cambió los corazones de los israelitas. Esto sucederá en los últimos tiempos. No convenceremos al mundo con argumentos, ni siquiera con razonamientos, solo lo haremos con el uso del poder de Dios. El poder hará que los incrédulos crean en el evangelio. Países enteros vendrán al Señor. Y esto precederá a la segunda venida de Jesús.
Nuestro monte Carmelo estará en las calles y las plazas de las ciudades, en los hospitales y las clínicas. Y la confrontación será entre los que creen en Jesucristo y aquellos que abrazan otras corrientes paganas.
Pr. Rafael Vargas S.