Cuando hacemos a Jesús el Señor de nuestras vidas, nos convertimos en “nuevas criaturas”. 2 Cor. 5:17 Si hemos tomado la decisión de seguir a Cristo, es porque ya tenemos mente de Cristo 1 Cor. 2:16 Eso NO quiere decir que nos volvemos perfectos al darle nuestra vida a Cristo, todavía hay hábitos, costumbres y creencias que cambiar.
Necesitamos cambiar aquello en lo que creemos y que no esté alineado con la voluntad de Dios. La razón por la que debemos hacer esto es porque nuestro sistema de creencias nos puede estorbar, porque podría oponerse a que vivamos este cambio necesario. Cada uno de nosotros tiene un sistema personal de creencias. Algunas de ellas están basadas en la verdad, otras en medias verdades, o en ideas erróneas e incluso en mentiras rotundas. Así que, si dejas estos sistemas de creencias intactos, esas creencias equivocadas van estorbar tu accionar, van a obstaculizar tu relación con Espíritu Santo, y van a provocar que seas menos efectivo para compartir el evangelio.
En consecuencia, necesitamos examinar todo nuestro sistema de creencias y desafiar todas aquellas que son erróneas, las que son limitantes, las que hayamos copiado de otros. Existe un inmenso poder en nuestro sistema de creencias, un poder para cambiar nuestras vidas, ya sea para vivir mejor o peor.
Cada creencia a la que uno se aferra produce un resultado en su vida. Si crees que Jesús es tu Salvador y que EL murió por ti en la cruz entonces serás salvo, habrás fijado tu morada eterna en el cielo y recibirás la capacidad de vivir una vida de película acá en la tierra. Si, crees que eres tonto, o fracasado, esa creencia creara consecuencias negativas en tu vida. Y empezaras a vivir lo que crees ser. En gran parte, tus creencias determinan los resultados de tu vida. No estamos hablando de pensamientos fugaces, porque hay pensamientos de dudas, ideas, falsas concepciones, pero no permanecen. Mientras que otras creencias se profundizan y residen en el corazón.
Esas creencias que anidan en tu corazón se desarrollaron a lo largo de toda tu vida. Algunas son el resultado de la forma en como fuiste criado. Otros aspectos que han influido con toda seguridad han sido tus relaciones, tus padres, hermanos, amigos, maestros e iglesia quienes han contribuido a dar forma a lo que crees.
Otras creencias están relacionadas con eventos de enorme carga emocional que te tocaron vivir. Tragedias, fracasos y triunfos, ocasiones llenas de alegría y otras llenas de dolor provocan emociones que hacen que interpretemos nuestro mundo o que nos auto-etiquetemos de alguna manera. Todas estas creencias producen sentimientos los que a veces son muy difíciles de eliminar. Podrías estar en un salón lleno de personas y sentirte solo. Ese sentir es indicador de creencias más profundas en tu corazón. Las consecuencias que pueden producir estas creencias pueden realmente ser intensas. Prov. 23:7 7Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo. Las creencias determinan como nos vemos a nosotros mismos.
Nuestras creencias determinan las acciones que ejecutamos, y con ello afectamos nuestro futuro, eso implica que debemos guardar nuestro corazón contra creencias falsas y eso es crucial para nuestras vidas. La Biblia dice en Prov. 4:23 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Como este aspecto de nuestras creencias es tan importante, a nuestro enemigo, el diablo, le encanta hacernos creer cosas que están mal. Todos tenemos falsas creencias en mayor o menor grado, así que trabajemos a conciencia para eliminarlas y alinear nuestras creencias con la Palabra de Dios. La religión crea muchas de nuestras falsas creencias. Ideas religiosas erróneas han llevado a las personas a ver a Dios como un Dios enojado, juzgador, buscador de los errores de las personas y condenador de los pecadores; en lugar de ver lo misericordioso y justo que es EL. Cuando las personas han abrazado esa creencia acerca de Dios, ellas tienen una imagen negativa de EL, por lo tanto, se vuelven negativas y juzgadoras. El resultado obtenido es vivir una vida por debajo de tu potencial real. Ese tipo de creencias ha impedido a un sinnúmero de personas llegar a conocer a Jesús. Porque las personas anhelan vivir vidas maravillosas, no miserables; así que cuando ven cuan miserables son algunos cristianos, ellos evitan a Jesús. Y con ello se pierden una vida llena de aventuras, gozo, paz y bienestar, que es el tipo de vida que Jesús nos da.
Es vital que pongamos en orden nuestras creencias personales. Si no lo hacemos, nunca seremos eficaces para cumplir la gran comisión dada por Jesús.
Uno no puede pedir peras al olmo, porque no se las va a dar, es imposible que se las de. El segundo indicador de nuestro sistema personal de creencias es el fruto de tus creencias. Mt. 12:33 33 … por el fruto se conoce el árbol. Mira lo que tus creencias producen en tu vida.
No puedes esperar que un mandarino, genere naranjas. No importa cuánto desees que produzca naranjas, nunca las encontraras en el mandarino. De la misma manera, una creencia falsa no producirá buen fruto en tu vida porque no puede. Así que si no logras los resultados que anhelas en un área determinada de tu vida, lo más probable es que te estés aferrando a una creencia falsa en esa área.
Nuestras creencias más profundas se forman generalmente sin acciones conscientes de nuestra parte, sin embargo, esas creencias, sean buenas o malas siempre generan un comportamiento. Jesús dijo Lc. 6:45 45 …porque de la abundancia del corazón habla la boca. Aquello que crees en lo profundo de tu corazón, eso será lo que experimentaras en tu vida. Lo que está sucediendo en tu corazón, con el tiempo se hará visible en tu vida. Mucho de lo que sucede en la vida da lugar a esas creencias del corazón. Son contadas las personas que prestan atención a lo que creen para asegurarse que están en lo correcto. Con frecuencia culpamos a las circunstancias cuando las cosas salen mal, sin embargo, las circunstancias no controlan tu vida, en cambio las creencias si lo hacen.
Tus creencias más profundas están moldeando poderosamente tu vida; pero pregúntate ¿Están esas creencias alineadas con la voluntad de Dios? La vida que hoy experimentas es una fotografía de lo que hay en tu corazón. Si tienes una creencia falsa en tu corazón, ninguna afirmación positiva, ninguna idea motivacional va a cambiar tu vida. Esa falsa creencia va a producir resultados negativos porque proviene de tu corazón.
Pr. Rafael Vargas S.