Muchas personas tienen ideas preconcebidas de cómo opera y también de cómo no opera Espíritu Santo. Hay quienes creen que los no creyentes están tan necesitados de Dios que van a ir a la iglesia a buscar esa ayuda que necesitan, y por esa manera de pensar no llevan el amor ni el poder de Dios al mundo.
Tenemos un modelo a seguir y su nombre es Jesús. ÉL hizo milagros dondequiera que fue. Cuando Jesús iba a tocar alguna vida, ÉL no seguía un protocolo en particular, menos aún recurría al sensacionalismo para llamar la atención. En la Palabra vemos que el mover de Jesús y los apóstoles era de forma natural. Existe una gran brecha entre como operaba Espíritu Santo a través de ellos y los métodos que hoy utilizan muchos cristianos.
Se entiende que cuando re-descubrimos algunas verdades de lo que Dios hace, como cuando empezó el mover carismático de Espíritu Santo a inicios del siglo pasado; llegamos a ejecutar algunas prácticas que parecen raras, las cuales están cargadas de entusiasmo, emoción y falta de madurez, pero tenemos que reconocer que esas prácticas aun así de raras, funcionaron en su tiempo para tratar con Espíritu Santo. Eso no quiere decir que hoy vayan a funcionar. ¿Será que en pleno siglo 21 podemos alcanzar a las personas en su vida diaria, trabajo, universidad, escuela o condominios cerrados usando prácticas de evangelismo usadas en el siglo 20? Muchos de esos eventos no tienen el más mínimo atractivo para la persona promedio de nuestra sociedad.
¿Como ponemos en práctica en nuestras vidas el crecer en el favor de las personas? Lc. 2:52 52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Crecer en el favor de los hombres se resume a como se siente la gente con nosotros. Y eso implica aprender a encajar en situaciones sociales. Si se trata de los compañeros de trabajo, es hacer tus deberes con excelencia de manera que lo que les toque hacer a ellos sea más fluido y sencillo, sin tropiezos porque no andas equivocándote a cada rato. Ganar el favor de ellos implica vivir con integridad que descollé; ellos van a notarlo. Situación que no se va a dar si haces mal tu trabajo y perjudicas el desempeño de tus compañeros.
Si quieres ganar el favor de tus vecinos, piensa como tu comportamiento les afecta. Pregúntate ¿Cómo se sentirán tus vecinos? Por ejemplo, si metes tus parlantes a todo volumen cuando menos cada quincena, o si dejas tu basura en el piso al alcance de los perros y permanentemente esta termina esparcida sobre la acera, o si tu casa necesita una mano de pintura y esta tan descuidada que afea la cuadra donde vives. Tú crees por ventura ¿qué algún día estarán dispuestos a escucharte decir lo que tengas que decirles? ¿Estarán abiertos para ir a la iglesia, si los invitas?
Necesitamos el favor de la gente. Necesitamos construir buenas relaciones, de cordialidad, confianza, admiración para impactar las vidas. No estamos diciendo que tienes que ser perfecto para compartir tu fe; pero si no tienes conexión con una persona ¿por qué razón esa persona va a querer escuchar lo que quieres decirle?
Por eso es importante ganar el favor de los demás, porque para que alguien esté dispuesto a escucharte, primero necesita aceptarte. Si no te acepta, aunque hagas tu mejor esfuerzo no se va a beneficiar con lo que tienes para darle. Si no haces clic con esa persona, lo que Espíritu Santo puede ofrecer a través de ti no la va a beneficiar, se va a perder tener una relación con ÉL, una relación que podría cambiar su vida, se va a perder la paz que da Dios, la sanidad de cuerpo y de alma que ÉL puede darle. Por ello lo primero que tiene que darse, es conseguir el favor de la gente.
La Biblia dice que Jesús no pudo hacer milagros en el lugar donde el creció. La gente que lo conocía, no podía entender lo que Jesús había llegado a ser. A pesar que ÉL no había hecho nada para perder el favor de sus vecinos, ellos no respetaron la autoridad espiritual que había en ÉL, simplemente porque estaban familiarizados con ÉL. “Este es el hijo de José, de donde va ser un maestro y además ¿sanador?; que vaya a otros con ese cuento” Jesús entendió lo que estaba sucediendo, Mr. 6:4 4 Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Debido a que Jesús no gozaba del favor de las personas en ese lugar, ellos se lo perdieron, porque no pudieron recibir nada de ÉL. Mr. 6:5 5 Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
Para influenciar a las personas para Cristo, lo primero que necesitamos hacer es ganar su favor. Muchos de nosotros nos precipitamos y compartimos nuestra fe antes de ganar el favor de las personas; y eso hace más daño que bien.
Jesús tenía la unción de Espíritu Santo sin medida y los pecadores se acercaban en masa a ÉL; porque estaba motivado por el amor a los demás, tenía una compasión profunda por lo que acontecía en sus vidas y lo motivaba a enseñar en una forma en que ellos lo pudieran entender. Cuando estamos motivados por el amor, entonces nos preocupamos que el mensaje se ajuste al carácter único y a la personalidad de aquel con quien estamos hablando.
La manera más poderosa de crecer en el favor de los demás es respetándolos. Todos queremos ser respetados. El respeto es atractivo. Tú te vas a sentir atraído hacia aquellas personas que te respetan. Hay cosas muy crueles que hace la gente en contra de quienes piensan diferente de ellos, los segrega y persigue. ¿Como lo hacemos nosotros, los cristianos? ¿Como trataríamos a una persona que nos dice que es homosexual? ¿Lo trataríamos con crueldad, le cerraríamos la puerta de la iglesia? Y si nuestro interlocutor nos confiesa que es polígamo y tiene tres esposas. ¿Lo trataríamos despóticamente? Nos haríamos a un lado y ya no lo buscaríamos.
1 Jn. 4:16 16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
Pr. Rafael Vargas S.