Mt. 18:20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”Mientras Jesús busca tener una relación individual con cada persona, hombre o mujer, existe un innegable poder y la manifestación de la presencia de Dios cuando un grupo de creyentes se pone de acuerdo.
Para volverse un hacedor de milagros, tú tienes que poseer una obsesión respaldada por un equipo dedicado que tenga el mismo espíritu que tú tienes. Y así es como entre todos logramos que los milagros se hagan realidad.
Si ponemos a dos o más personas que compartan la misma mentalidad con una clara intensión, pueden hacer tu vida, familia, iglesia, compañía y país altamente exitoso y efectivo. Y ese es el arranque de tu equipo soñado o si quieres llamarlo una Alianza Estratégica.
Si tú te das cuenta vas a ver en la Palabra que Jesús hizo la mayoría de los milagros que están registrados en las Escrituras solo después que EL puso en marcha su discipulado, es decir una vez que hubo conformado su equipo de doce discípulos y este equipo estuvo trabajando en armonía.
Este es un principio de trabajo cooperativo en equipo, el cual si es simplemente aplicado en el mundo de los negocios, va a empoderar a quien lo ponga en marcha de manera tal que lo va a llevar a hacer cosas grandes, y eso genera riqueza y no solo para su familia y sus socios, sino para toda una Nación.
Si tú quieres alcanzar a vivir tu máximo potencial para hacer milagros, tú no puedes operar como el llanero solitario. Tú necesitas un equipo que trabaje contigo, que ore contigo, que te levante cuando te caigas, que te aplauda cuando seas exitoso y te empuje hacia delante cuando tú te detengas.
Los principios y la filosofía de cómo cualquiera y en cualquier lugar puede convertirse infinitamente mucho más exitoso, feliz y realizado, tienen dos componentes. El primero es poseer un deseo dominante. Y el segundo es un equipo estratégico, un equipo con un cerebro genial que crea intuitivamente en alcanzar logros milagrosos porque tiene una mentalidad orientada a creer que los milagros son posibles.
Un equipo que tiene un cerebro genial va a tener cuando menos un par de personas que van a estar trabajando permanentemente en la armonía del espíritu de cooperación. Con estas dos fuerzas fundamentales, el deseo ferviente y el trabajo en equipo, podemos alcanzar cualquier cosa o meta.
Hay que cerciorarse que cada uno de los que forman el equipo sepan, compartan y usen este principio. Estos elementos trabajan para todos nosotros. Si tú diriges su aplicación y los usas lo suficiente, tú vas a experimentar grandeza y quien sabe inclusive un milagro.
Cuando nos asociamos con individuos que tienen una mentalidad similar a la nuestra, y la cual está orientada a vivir en milagros, nosotros fortalecemos nuestro potencial de hacer milagros. El equipo de trabajo crea un poder exponencial.
Ecle. 4:9 “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.” Más allá que solo agrandar nuestros esfuerzos, trabajar con un equipo proporciona una fuente invalorable de protección y estimulo.
Ecle. 4:10-12 “Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.”
¿Cuantas personas que tienen el mismo tipo de mentalidad tienen que asociarse contigo? Porque no encuentras a doce. No es que sea un número mágico, pero es el modelo que mostro Jesús. Doce es suficiente para proveer un amplio soporte y una gran variedad de experiencias y voces; y no es lo suficientemente grande como para que te vuelva a alguien de movimientos demasiado pausados. Se sabio al seleccionar tu equipo, porque tú te vuelves como las personas con quienes te asocias, así que asegúrate que los miembros de tu equipo demuestren el fruto que tu quisieras ver en tu propia vida.
Nunca pierdas la perspectiva del poder que hay en la oración. Orar juntos mantiene el enfoque de tu negocio, empresa, iglesia donde este tiene que estar siempre: En el Dios que obra en ti, a través de ti y alrededor de ti.
Tus milagros, realmente no son tuyos; ellos fluyen a través de ti pero provienen del Padre. Aquel que va a reunir al grupo con mentalidad de milagros y con mente estratégica genial. Y EL es quien va a hacer milagros a través de ti.