Daniel y sus amigos permanecieron firmes y leales a Jehová cuando estaban en Babilonia, aun a riesgo de perder su vida. Lo hicieron porque sus padres les habían enseñado que hay un solo Dios verdadero. Los jóvenes de nuestra Nación andan tan descarriados, perdidos en el pecado, la maldad, las drogas y los vicios, porque no les enseñamos los caminos del Señor a nuestros hijos. Los padres no imparten las verdades de Dios en sus familias y tampoco hablan palabras de bendición sobre sus hijos, dejándolos indefensos ante las maldades del enemigo. Es más, muchos padres están ausentes de sus hogares física y/o espiritualmente y esto tiene que ser remediado. Los hombres están fallando en cumplir sus responsabilidades básicas y las mujeres están asumido el rol de los varones. El resultado es inevitable: confusión, ya sea en una familia o nación.
Los padres deben volver a asumir el papel que les corresponde en la instrucción moral y espiritual de sus hijos. Pro. 22:6 “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. En lugar de que los padres les enseñen a sus hijos la Palabra de Dios, les enseñan a adorar a dioses de nuestro mundo moderno: deportistas, actores, cantantes, modelos y otros haciéndolos sus ídolos.
Son innumerables los padres que NO enseñan a sus hijos a tomar decisiones basadas en principios y valores cristianos; y por el contrario permiten que ellos sufran las consecuencias de malas elecciones. La generación de jóvenes de hoy simplemente no se hace responsable por lo que hace, porque también hemos fallado en transmitir la ética de trabajo que generaciones anteriores nos pasaron. Como resultado, los jóvenes de nuestro tiempo buscan derechos y quieren todo regalado, en lugar de enorgullecerse de ganarse la vida.
El futuro de nuestro País no depende de lo que haga el gobierno por nuestros hijos, pero si depende de lo que nosotros hagamos como padres enseñándoles a andar en los caminos de Dios. Pro. 9:10.
Daniel desafió las órdenes del rey de dejar de orar a Dios y se enfrentó a la muerte en el foso de los leones. Dn. 6:16. Sadrac, Mesac y Abed-nego estaban dispuestos a entrar en el horno de fuego en lugar de inclinarse ante la imagen dorada encargada por el rey. Dn. 3:21 Daniel y sus amigos arriesgaron sus vidas manteniéndose fieles a sus convicciones simplemente porque ellos creían que cualquiera que fuere la circunstancia que tuvieran que atravesar, su Dios era capaz de librarlos. Desde su infancia, ellos habían sido entrenados en sus mandatos, los que formaron en ellos una fe inequívoca que les sirvió para prevalecer durante los tiempos de prueba.
Muchos jóvenes de este tiempo no pueden soportar ningun tipo de prueba. Se han alineado a las tendencias actuales que la sociedad idolatra, perdiendo sus identidades dadas por Dios como hombres y mujeres, como ciudadanos y como cristianos. Al igual que le sucedió a Daniel y sus amigos, los jóvenes de este tiempo están sometidos a un programa de adoctrinamiento que pretende separarlos de Dios. Sus mentes son bombardeadas con toda clase de mensajes que tratan de lavarles el cerebro con ideas liberales progresistas envueltas en todo tipo de envoltorios. Pero existe una gran diferencia: Daniel y sus amigos pasaron la prueba; y la mayoría de nuestros jóvenes no podrían hacerlo.
¿Qué podemos hacer? Debemos iniciar una transformación en nuestros hogares, la cual comienza con el regreso del padre al rol de liderazgo familiar otorgado por Dios. Debemos discipular a las madres para que apoyen a sus esposos mientras juntos dirigen a sus familias; unidos tenemos que vivir siguiendo la siguiente verdad mientras criamos a nuestros hijos:”El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Pro. 9:10.
Debemos unirnos a la causa que infunde la Palabra de Dios en los corazones, mentes y alma de nuestros hijos. Es la única manera en como ellos van a sobrevivir su tiempo de prueba. Asegúrense que NO es una cuestión de si van a venir tiempos de prueba; solo es cuestión de cuando van a venir.
Recuerden esta verdad: El poder correcto y justo proviene de decisiones correctas y justas.
Daniel decidió no permitir que la tentación de las grandes metrópolis de su tiempo afectara su relación de fidelidad a Dios. Y Dios lo recompenso dándole poder sobrenatural. Daniel pasó la prueba y en el tiempo de Dios, ÉL le dio “entendimiento en sueños y visiones” y así se convirtió en el mensajero de Dios para su generación y para las futuras generaciones del mundo. Eventualmente se desempeñaría como primer ministro durante el reinado de Nabucodonosor, y continuaría sirviendo como un líder respetado y de confianza bajo los siguientes reinados babilonios y persas.
Una de las misiones que tuvo Daniel fue mostrarle al rey Ciro, la profecía de Isaías, que tenía doscientos años de antigüedad. Is. 44:28. Y además aquella profecía de Jeremías que pronosticaba el fin del cautiverio del pueblo de Dios en Babilonia. Jer. 29:10.
Luego, con seguridad Daniel negoció con el Rey Ciro, la liberación de los exiliados. Debió ser una tremenda alegría trazar el camino de redención de su pueblo, un camino que él mismo no caminaría.
Pr. Rafael Vargas S.