Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Lc. 7:36-38
Esta es una de las historias más hermosas del Nuevo Testamento y la protagonizó una mujer que hizo pública su adoración al Maestro al derramar un perfume costoso sobre Jesús.
¿Por qué esta mujer hizo esto?
¿Por qué razón ella le dio al maestro ese regalo tan generoso y extravagante?
Ese perfume básicamente era el equivalente de un año entero de salario.
¡El ingreso de un año es el ingreso de un año!, no importa donde estés. Ud. sabe que una vez que fue derramado, ya no lo puede recuperar nunca más.
Qué acto más extraordinario.
¿Por qué lo hizo?
Algunos consideraron este hecho como un gran desperdicio de recursos, incluidos algunos de Sus discípulos. Mr. 14:4-5 “Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella”. La pobreza de alma siempre desprecia la generosidad radical.
Esto nos trae una luz particular: dondequiera que se encuentra la generosidad manifestada, vamos a encontrar al egoísmo batallando por controlar la situación. Era verdad en esa situación, y también es verdad en nuestros corazones. Debemos echarle una ojeada profunda al interior de nuestro ser interior y preguntarnos: ¿Realmente soy generoso?
El egoísta trata de evitar que las miradas se enfoquen sobre su egoísmo, así que dirige sus comentarios en contra de “las extravagancias” de otros. Al estilo Judas Iscariote. Cuando el egoísta ve casas hermosas, empieza a criticar la bendición que detentan otros.
El egoísmo siempre se ocupa de sí mismo apuntando hacia otras personas.
La única manera en que realmente podemos tener éxito es a través de confrontar nuestras debilidades y vencer sobre ellas.
Esta mujer se acercó al Maestro con un corazón que desbordaba de gratitud y amor. Ese amor estaba traducido en adoración a través de una ofrenda de gran precio. Al punto que estaba anhelando dar todo lo que tenía para bendecir al Rey.
Me pregunto, ¿Cuán llenos de amor y gratitud están nuestros corazones?
¿Qué dicen tus ofrendas acerca de los niveles de gratitud y amor por Dios que hay en tu corazón?
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
Mt. 26:10-13
Jesús dijo que esta mujer hizo una inversión tan grande que se hablaría de la historia de su sacrificio por toda la eternidad.
Jn 12:3 “Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume”. Aquí está la importante lección que nos mostró sobre lo que Dios nos ha dado. Aunque esta mujer le dio todo su perfume a Jesús como ofrenda, y aunque no se guardó nada para ella, salió de la casa oliendo igual que Jesús.
Cuando usamos el favor, la autoridad y los recursos que se nos han dado para la gloria y los propósitos de Dios, nos beneficiamos de una manera profundamente personal que deleita el corazón del Padre, a quien le encanta ver a Sus hijos bendecidos.
Comenzamos a oler como Jesús, ricamente bendecidos, teniendo lo que es nuestro.
Usar bien lo que tenemos es la gran prueba, y cuando nos manejamos bien en esta tarea, se nos da el lugar de influencia para el que Dios nos ha diseñado desde el principio. Recordemos que: El antiguo pacto declaraba que el pueblo de Dios era llamado a ser "la cabeza y no la cola". Dt. 28:13 “Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas”.
Israel no pudo sostener esa posición por mucho tiempo, ya que tendían a enfocarse en la bendición por encima de enfocarse sobre Aquel que se la dio. Tenemos la oportunidad de tener éxito donde ellos fallaron al seguir el ejemplo de nuestro Señor y usar el favor que tenemos para el beneficio de los demás.