Jesús estableció un principio que dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mt. 6:33.
El reino es el dominio del Rey. Debemos buscar primero la realidad invisible, y luego esta se manifestará en lo visible; toda necesidad básica será agregada.
Jesús se refería a que seríamos recompensados en lo visible buscando primero lo invisible.
La elección de Salomón
El clamor de Salomón no fue por cosas materiales o bendiciones naturales, era la búsqueda del reino invisible, que él consideraba de mucho mayor valor.
Fue este reino el que tuvo un efecto profundo en todo lo que lo rodeaba que era visible. Su apreciación por lo invisible influyó en todo.
El hombre levantado para tomar una decisión tan profunda, fue uno que valoraba la presencia de Dios más que la vida misma: lo invisible sobre lo visible.
Los grandes reformadores siempre fueron personas de grandes principios. Tenían la determinación de vivir de acuerdo con los valores del reino de Dios y comunicar esos valores a las personas a las que servían. Y esto era de suma importancia, ya que abrazaron plenamente la responsabilidad que se les había dado. Fueron pacientes y estaban dispuestos a esforzarse cuanto fuera necesario para ver los efectos a largo plazo de la verdad en la vida de sus con-ciudadanos.
Ellos tenían confianza en el poder de la verdad.
La verdad declarada tiene poder.
La verdad declarada, respaldada por un ejemplo, tiene un potencial ilimitado.
En realidad, la verdad es atractiva.
Nadie que tenga claros los valores cristianos quiere comprar nada a un vendedor deshonesto. De la misma manera, todos anhelan la honestidad y la verdad.
Es difícil para cualquiera que anhele impactar el curso de la historia humana sentirse muy calificado, especialmente cuando estamos alineados contra personas como David, Salomón, Daniel, José, Ester y otros héroes de la fe.
Es desafiante pensar que podríamos tener el mismo tipo de resultado que cuando Dios se apareció a Salomón en la noche y le ofreció todo lo que pudiera pedir. Esa no es la experiencia del creyente promedio… Sin embargo, si bien es cierto que Salomón tuvo una oportunidad con Dios que nadie más ha tenido en la historia, hay una excepción a esa realidad; porque Jesús dio esta misma promesa a todos los que lo siguen:
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Jn. 14:13-14
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Jn. 15:7-8
En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Jn. 16:23-24
Jesús elevó la marca de lo que es posible en la vida de una persona al dar a cada uno de sus discípulos la oportunidad de usar su "deseo" por el bien de la humanidad.
En nuestro caso, no es la oportunidad de "un deseo"; esta es la promesa del pacto que hizo Jesús con aquellos que son sus seguidores. Este es el estilo de vida destinado al discípulo. Su diseño es que la gente ayude a realizar sus propósitos en la tierra mediante la oración y la obediencia radical.
Conclusión
El reto es descubrir nuestra oportunidad de tener todo lo que queramos; utilizar este privilegio para el bienestar de nuestras comunidades y no para construir nuestros imperios personales.
No sería correcto decir que nuestras necesidades personales no están representadas en Su promesa. Es sólo que cuando a una persona se le ha dado acceso a ver naciones salvadas y discípuladas, parece mezquino usar esa herramienta sólo con la esperanza de obtener una casa nueva, o un automóvil nuevo.
Recuerde, la oportunidad de transformar una nación se le dio a quien usó sus momentos de Dios por el bien de la gente a la que servía.
¿Cuánto más nos daría Dios si usáramos nuestros momentos por el bien de nuestra ciudad y nación? Y no solo estuviéramos centrados en pedir nuestros deseos personales o familiares.