La bendición de Dios no sólo significa tener cosas o acumular dinero o posesiones. Hay muchas personas que han ganado mucho dinero sólo para ser más desdichadas. Por lo tanto, es necesario que nos demos cuenta que una bendición es mucho más que recibir ganacias monetarias. Incluye la capacidad y la libertad de disfrutar de nuestras ganancias financieras. Pro. 10:22.
Alcanzar la victoria en nuestras finanzas requiere mucho más que tan sólo ver el incremento de nuestro dinero. Nos da la capacidad de aumentar ese incremento para beneficio del reino de Dios.
Si tú has experimentado un incremento financiero sustancial en tu vida y no tienes la posibilidad de disfrutarlo, entonces no has sido bendecido. Porque la Escritura dice que el amor al dinero o el afan por el dinero, pueden alejarte de Dios y de sus bendiciones para tu vida, 1 Tim. 6:10.
Tanto cristianos como no-creyentes pueden tener mucho dinero y seguir siendo desdichados. ¿Por qué? Porque el dinero en sí no es la bendición. La capacidad de disfrutarlo y extender el favor financiero a otros esa es la bendición.
Pablo entendía el significado de ser bendecido. Por eso pudo decir Fil. 4:11-12. Pablo tenía contentamiento tanto en la abundancia así como en la escasez, porque sabía que Cristo estaba con él y le daba el poder para atravezar por cualquier tipo de circunstancia. La bendición tiene que ver con la capacidad de recibir los beneficios de la paz y el contentamiento con lo que Dios te ha dado. La victoria financiera es mucho más integral que el sólo hecho de tener dinero, porque vivir una vida de victoria se extiende a todas las areas de tu vida. Somos seres integrales.
Hechos 10:1-4 “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios”. Podemos concluir, que debido a su generosidad, la cual emanaba de un corazón agradecido y temeroso de Dios, nuestro Señor respondio a sus oraciones.
Luego, cuando a solicitud de Pedro, Cornelio le explicaba las razones por las que lo había hecho llamar relató lo siguiente: Hechos 10:30-31 “…y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios”.
Lo que haces con tu dinero es uno de los mayores reveladores de lo que tú valoras y crees en la vida. El hecho de dar actúa como un termómetro que mide la temperatura de la intimidad de tu relación con Dios. Cuando tú muestras cuanto realmente valoras y honras a Dios, tendrás una genuina disposición a comprometerte de forma objetiva con el avance del reino de Dios.
En la carta de Pablo enviada a los Filipenses, cuando él se estaba refiriendo al tema de las dadivas financieras, el apóstol Pablo dice así: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Fil. 4:19 Esta no es una declaración de bendición generalizada; como lo quieren entender muchos, el contexto en el que está escrita es en respuesta al principio de dar. Eso quiere decir, que, si no vivimos conforme a los principios que la preceden, no tiene sentido reclamar esta promesa; porque la misma esta ligada al contexto en la cual se estableció.
El principio de la provisión esta ligado con el dar, al punto que el apóstol Pablo les dijo a los filipenses que la razón por la cual Pablo pedía su ayuda financiera no era solamente para que él hiciera lo que Dios le había llamado a hacer, sino para que ellos fueran bendecidos. Por eso dijo “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta”. Fil. 4:17. En otras palabras, busco que Uds. sean bendecidos, no sólo financieramente, sino emocional, espiritual y relacionalmente. Les estaba diciendo a estos creyentes que ellos cosecharían aquello que habían sembrado. La promesa no es que Dios suplirá nuestras necesidades financieras conforme a sus riquezas en gloria; la promesa es que Dios suplirá todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria. Esto no implica que cualquier ambición va a ser suplida, sino que suplirá las necesidades de aquellos que invertimos en su reino.
Pro. 11:24-27. Dios hace una relación directa entre cómo tratas a otros, y cómo ÉL te trata. Hace una relación entre el beneficio que tú produces con lo que tienes y el incremento que ÉL te da. Esto es conocido como la aplicación de la Ley de la Siembra y la Cosecha.
Hay ciertos aspectos que son parte inseparable de algo, por ejemplo el fuego es caliente, porque el calor es inherente al fuego. De igual manera sucede con lo que sembramos, porque cosechar es inherente a la siembra. Por eso, todo lo que siembres, eso es lo que cosecharas.
Hay principios que estan relacionados con la ley de siembra y cosecha que es bueno recordar:
– Si no siembras, no esperes cosechar nada; porque sembrar es lo que activa la cosecha.
– Tu cosecha depende de lo que siembras, Gal. 6:7. Si das honra recibirás honra.
– Tu cosecha depende de cuanto siembras, 2 Cor. 9:6. El tamaño de tu cosecha esta determinado por la cantidad de siembra que haces.
– Tu cosecha depende de donde siembras, Mt.13:8 La buena tierra es el reino de Dios.
– Tu cosecha depende de cuando siembras. Dios hara que tu semilla produzca en el tiempo adecuado.
– Tu cosecha depende de por qué siembras, con que corazón haces lo que haces, qué te motiva.
Pr. Rafael Vargas S.