En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo aún no moraba en el pueblo de Dios, y era mucho más fácil ser influenciado hacia el mal que ser influenciado hacia el bien. Cuando el Espíritu Santo mora en las personas, este provoca un cambio en la naturaleza de dichas personas. Esta nueva naturaleza provoca que la persona se incline hacia la justicia y la búsqueda de la rectitud. Tal fue el caso de Salomón cuando trató de construir un reino de paz. Pero, la paz a cualquier precio ya no es paz.

Cuando Dios genera la paz, esta se basa en la presencia del Príncipe de Paz. Esa paz provoca múltiples efectos, entre ellos: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies…”  Ro. 16:20. En el Reino de Dios, la paz tiene que ver con la Presencia de Dios, mientras que fuera del Reino tiene ver con la ausencia de algo o alguien.

Salomón, al hacer tratados que Dios no dirigía estaba construyendo el tipo inferior de paz. Dichos tratados darían lugar a compromisos. Salomón valoró la ausencia de guerra como prueba del éxito de su reinado. Ese fue un falso éxito. Podemos decir que Salomón nunca llegó a ser un hombre de verdadera paz, al menos no en el sentido del Reino. Su paz se encontraba en los tratados y en la ausencia de guerra. Pero nunca se convirtió en una persona orientada a buscar la Presencia, como su padre. David vivía de la Presencia de Dios. Incluso en su fracaso moral, su súplica fue “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu”. Sal. 51:11.

No hay evidencia de que Salomón fuera un adorador de Dios, al menos no de la misma manera que lo era David. No es un requisito que se convierta en músico como su padre; ya que ese regalo no es para todos. Pero todo el mundo debería ser un adorador.

Cuanto más alto es el nivel del  favor de Dios en nuestras vidas y cuanto más alta es la autoridad que Dios permite que tengamos sobre nuestras vidas, más devastadores serán los efectos de nuestras decisiones comprometedoras.

Imagine un edificio cuyos cimientos son tres centímetros más bajos de un lado que del otro. Si este tiene cincuenta pisos con ese error de tres centímetros en los cimientos tendrá grandes problemas. La inclinación del edificio creará una presión insoportable sobre los materiales utilizados en la construcción. Ese pequeño error en los cimientos de la planta baja se multiplica una y otra vez a medida que uno avanza. 

Está es  la razón por la cual Moisés no pudo entrar a la Tierra Prometida. Él maltrató su papel de hombre de favor y golpeó una roca por ira en lugar de hablarle como Dios le había mandado. Es la misma razón por la que Ananías y Safira murieron en Hechos 5 después de mentirle al Espíritu Santo. La presencia de la gloria de Dios era tan intensa en la Iglesia de ese tiempo que cualquier práctica engañosa tendría resultados devastadores en lo que Dios estaba edificando.

La historia de la iglesia está llena de  historias de personas que experimentaron grandes cosas en Dios, pero que no siguieron adelante con el nivel de devoción a Él, que requería su experiencia. Y por ende, tuvieron una muerte prematura. Esto es especialmente trágico en el caso de Salomón, ya que introdujo la adoración de dioses falsos al pueblo de Dios de tal manera que les llevó muchas generaciones recuperarse de ello: 

 “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; …. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses”. 1 R. 11:1-8

He visto  tantas vidas arruinadas por lo que parecían compromisos menores. No llevo cuenta de  la cantidad de veces que he visto a una joven casarse con un buen tipo, pero que no es creyente o no tiene el mismo nivel de pasión por Dios que ella tiene. No pasa mucho tiempo antes de que ella se vuelva como él. También de forma similar sucede con los varones, pero es menos frecuente en mi recuento personal.

Para Salomón, todo esto comenzó con adorar a Dios en los lugares altos. Eventualmente, se convirtió en adorar dioses falsos en los lugares altos. Una de las mayores tragedias en historias como esta es que nunca es el líder solo el que cae. Cuanto mayor sea la influencia del líder, mayor será el número de personas que serán arrastradas a su engaño. El liderazgo es un honor y un privilegio, pero es muy costoso cuando se abusa de él. 

Cuando se nos da mucho, somos juzgados por un estándar más alto: Porque a todo aquel a quien se le da mucho, mucho se le demanda. Lc. 12:48

La riqueza, la fama, el poder y el favor de Dios en la vida de Salomón elevaron sustancialmente sus estándares para la vida. Este es el alto costo de la bendición: Cuanto más avanzamos en nuestro viaje con Dios, menos podemos llevar con nosotros.

 

Pr. Rafael Vargas

SUBIR
Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
Abrir chat
Hola 👋🏻 ¿En qué podemos servirte?