La historia de los varones que fueron desde tierras lejanas a adorar al Rey de Israel es una de las historias más intrigantes de la Biblia. Algunas versiones de la Biblia nos dicen que eran hombres sabios, otras que eran magos, incluso hay una versión que dice que eran reyes magos. Además, no sabemos cuántos eran; solo sabemos que ellos le trajeron al niño Jesús tres tipos diferentes de regalos que eran: oro, incienso y mirra. Independientemente de todo ello, se les llama "hombres sabios" por una buena razón. Ellos ilustraban la sabiduría, de forma inusual.

Estos varones viajaron probablemente cerca de dos años solo para adorar a Aquel que nació Rey de los judíos. La actitud asumida por ellos reafirma el concepto de que la sabiduría conduce a la adoración. Este rey que ellos fueron a adorar era un bebé, así que ellos fueron a adorar a Alguien que no podía hacer nada por ellos

La adoración de estos hombres sabios era del tipo más puro. Les costó y ellos no tenían forma de beneficiarse de ello. Eso nos enseña que la sabiduría lleva a dar

Este Dios, es un Dios que hace pactos y honra las ofrendas. Es cierto que no podemos comprar cosas de Dios, pero es igualmente cierto que nunca obtendremos todo lo que anhela nuestro corazón sin sacrificio y generosidad.

Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?”Lc. 16:11

Este versículo deja en claro que el uso del dinero tiene un efecto en la verdadera riqueza que Dios libera en nuestras vidas. La verdadera riqueza es la recompensa de una buena mayordomía,  pero no es más dinero. Más bien, es suplir aquello de lo que todos tenemos hambre: las realidades espirituales que Jesús nos da. La riqueza natural puede comprar una comida para mil personas, la verdadera riqueza puede multiplicar una comida y alimentar a mil personas.

Después de que los hombres sabios encontraron al pequeño Jesús y lo adoraron, se suponía que debían regresar a casa. Entonces, Dios les habló en sueños de que no volvieran por el camino de Herodes, como aquel rey les había pedido. Ellos obedecieron a lo que Dios les había hablado en sueños. La sabiduría siempre obedece a Dios sobre el hombre si hay una discrepancia entre ambos.

En resumen podemos decir:

  • La sabiduría conduce a la adoración.
  • La sabiduría lleva a dar.
  • Nunca obtendremos todo lo que anhela nuestro corazón sin sacrificio y generosidad.
  • La verdadera riqueza es la recompensa de una buena mayordomía
  • La sabiduría siempre obedece a Dios sobre el hombre si hay una discrepancia entre ambos

 Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia”.Pro. 4:7

Pr. Rafael Vargas

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