Muchas personas parece que tuvieran huecos en sus finanzas personales, el dinero que ganan antes de llegar a sus cuentas ya está gastado. Esas personas nunca tienen dinero, y su situación financiera es un enorme enredo, confusión y caos; y en muchos casos es una situación penosa.
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Hay personas que se ganan la vida sustancialmente pero viven como pobres, también otras personas que no ganan mucho pero que realmente viven bien. ¿Qué es lo que pasa con esas personas que no pueden administrar bien su dinero?
Dios quiere que seamos buenos mayordomos del potencial de vida que nos ha dado; es decir buenos administradores de los talentos, del tiempo y de los recursos que ÉL nos dio, entre ellos el dinero. Lo que Dios ha puesto a nuestra disposición fue puesto allí con amor; y también Dios ha prometido darte una recompensa cuando tú lo honras.
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Ap.22:12 “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Si el concepto de las recompensas en la vida de un creyente no es espiritual; entonces Jesús no sería espiritual; porque ÉL claramente dice que regresará para dar a cada uno su recompensa.
El pacto con Dios existe y está destinado a ofrecer un medio para que el pueblo de Dios prospere. Si operas bajo el pacto, conforme a los preceptos de este, estás operando bajo Su cobertura, esto te permite prosperar como Dios lo ha diseñado.
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Jesús nos enseñó los fundamentos para vivir una vida de victoria financiera: Principio #1: Dios es el dueño de todo. Principio #2: El administrador NO es dueño de aquello que recibió, pero es responsable de administrarlo. Por medio del diezmo y las ofrendas reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado.
La bendición está en la capacidad de disfrutar y aumentar lo que has recibido. Pro. 10:22 “La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella”. Hch. 20:35.
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Muchas personas no entienden que el pacto con Dios proporciona una cobertura vital, la cual fue establecida por Jesús para nosotros cuando consumó su obra en la cruz Mt. 26:28 y 1 Cor. 11:3. Si estas operando bajo el pacto y conforme a los preceptos de este, estas operando bajo Su cobertura. Esto es lo que te permite prosperar como Dios lo ha diseñado.