Mt. 6:33 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. No podemos buscar primero placer, la familia, dinero o la carrera profesional y luego esperar que vamos a encontrar significado en la vida. Necesitamos buscar a Dios primero. Lo que pongas como objetivo primordial de tu vida, con el tiempo se convierte en tu dios, y empieza a tomar decisiones por ti. Por ej.: si tu trabajo es primero, vas a trabajar más horas de lo que deberías, en lugar de pasar tiempo con tu familia o ir a tu iglesia, vas a seguir trabajando. Si hay alguna tarea extra que hacer la cual complique asistir a la iglesia o a tu grupo de alcance y discipulado, tu decisión ya habría sido tomada. Vas a escoger aquello que has decidido que es lo más importante en tu vida.
Mt. 16:18 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Es la primera vez que Jesús utiliza el termino iglesia. Con esta declaración Jesús puso la piedra angular para su iglesia, la cual ÉL sigue edificando.
Si tu quieres poner a Jesús como la prioridad de tu vida, también necesitas amar a su iglesia. Muchas personas hablan mal de la iglesia. Hay quienes creen que pueden ser seguidores de Cristo y sentir desprecio por la iglesia que ÉL mismo creo y habita; pero no pueden. La Biblia enseña que la única institución que Jesús edifica es la Iglesia. Si decimos que nuestra principal prioridad es amar a Jesús, y que ÉL es lo primero en nuestras vidas, necesitamos cerciorarnos de amar aquello que Jesús ama.
La iglesia la conformamos personas, y esta está destinada a ser un grupo de personas trabajando juntas para entrenar y apoyar a otras personas para que puedan conocer mejor a Dios y que luego puedan servirle efectivamente. El evangelio es poderoso, nos muestra como estar en buena relación con Dios.
La idea no es que entre nosotros exista alguien que es más justo que los demás, porque ello nos llevaría a andar juzgándonos unos a otros. La justificación es un regalo de Jesús, y cuando lo presentamos de esa manera a las personas, ellos encontraran la verdadera faceta del Hijo de Dios.
Uno de los grandes errores que cometen algunos creyentes radica en basar sus vidas solamente en recibir las maravillas de Dios, porque eso nos lleva a una vida hueca y vacía. Enfocarse exclusivamente en uno mismo es condenarse a andar en el camino de la tristeza. Existe un propósito más grande detrás de cada bendición que uno recibe y consiste en atraer a otras personas a la vida bendecida que tu puedes haber llegado a tener.
Ecle. 3:11 11 … y ha puesto eternidad en el corazón de ellos,…. Dios ha puesto en nuestro interior un anhelo por el propósito eterno que solo ÉL puede llenar y lo que hace Jesús es guiarnos hacia ese propósito. Por ello, NO puede pasar desapercibida la obra y guianza de Espíritu Santo en la vida de Jesús. Así aprendemos a tocar el corazón de las personas por conocer a Dios; y eso es más grande que construir una carrera, así somos parte de la edificación de una iglesia dirigida por Espíritu Santo.
Cuando nos reunimos para edificar eso que llamamos iglesia, podemos hacer grandes cosas si lo hacemos juntos. Porque tu propósito esta amarrado a la iglesia. El propósito detrás de tu negocio esta amarrado a edificar el reino de Dios. Al igual que el propósito detrás de tu matrimonio y de tu familia.
Si tu negocio o tu familia se trata solo de ti y las personas más cercanas a ti, tendrás la sensación permanente de vacío y lo que estarás haciendo es criar príncipes y princesas que piensan que el mundo gira alrededor de ellos…Pero si buscas primero el reino de Dios y le enseñas a tu familia a hacer lo mismo, las cosas buenas que deseas van a venir a ti como un imán.
Decide que no serás un cristiano enfocado en ti mismo, a quien solo le importa lo que la iglesia puede hacer por ti y por tu familia. Decide poner a Jesús como tu verdadera prioridad de vida. Acepta el propósito que ÉL tiene para tu vida. Se un verdadero pescador de hombres, un discipulador..
Miremos al apóstol Pablo. Fil 3:10-11 Quiero conocer a Cristo, experimentar el poder de su resurrección, compartir sus padecimientos y conformar mi muerte con la suya. Porque así espero participar de la resurrección de entre los muertos. Pablo quería algo más grande para si que sólo vivir con comodidades, libre de presiones y estrés. Anhelaba entrar en la vida de Cristo, acompañarlo en su misión, su sufrimiento y de esa manera encontrar un llamado mucho más alto. Conociendo la vida Pablo, podemos ver que una persona llena del Espíritu Santo puede cambiar la historia de una Nación. ¿Que se podría lograr si la iglesia tuviera una vida de comunión intima con el Espíritu Santo?
Es tu turno de levantarte y decir: ¡Ya basta! a la mediocridad. Es el tiempo de decir: ¡Yo iré! A alcanzar a la generación de jóvenes insatisfechos, a los desapasionados, a los que están sin iglesia. Este es tu momento. Ama tu vida y vívela en grande. No te canses de buscar la guianza del Espíritu Santo y ejerce tus dones, tus talentos y la personalidad que Dios te ha dado.
Pr. Rafael Vargas S.