El bautismo del Espíritu Santo es el enemigo natural de las artimañas del diablo que pretenden paralizar a la iglesia. Cuando Dios se derrama sobre su pueblo, la cultura de la iglesia cambia instantáneamente. Una audiencia se transforma en un ejército. Y se desata un hambre insaciable por la Palabra de Dios.

El bautismo del Espíritu, es un don a la iglesia, y es tan urgente e importante, que a la Iglesia Primitiva se le prohibió comenzar a operar hasta que lo hubiera recibido.

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Hch. 1:4-5 

Los apóstoles lo consideraron esencial y lo prescribían a cualquier creyente que no lo hubiera recibido.

“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo”. Hch. 8:14-15.

“...Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban”. Hch. 19:1-6

“que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”. 2 Ti. 3:5

La cita de Timoteo muestra condición de la que Pablo nos estaba advirtiendo, esto ha dado lugar a que generaciones enteras hubieran estado viviendo su fe por su propio poder. Excluir el bautismo en el Espíritu Santo abrió la puerta a una herejía generalizada. En Internet, los ministerios incursionan en los híbridos de la Nueva Era de la fe cristiana, dando paso al mal y a la perversión.

El Espíritu Santo no es solo una experiencia de poder; Él es el Espíritu de la verdad

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. Jn. 16:13 

Si Jesús llama al Espíritu Santo el Espíritu de la verdad,  ¿qué sucede con la verdad sin Él? Es por Su dirección, Su poder y Su presencia que primero discernimos la verdad del error. Uno conoce la diferencia por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

Tenemos los que no creen en nada y los que lo creen todo. Ambos son productos de una falta de discernimiento y poder. Es solo después de experimentar la presencia real y el poder de Dios que realmente tienes hambre de la Biblia y sabes lo que es falso y lo separas de lo que es real.

Miremos la actitud del discipulado de Jesús resultado del bautismo en Pentecostés: 

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles”. Hch. 2:41-43.

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hch. 1:8

Ganar almas es siempre lo primero que Satanás quita de la vida de la iglesia. El bautismo en el Espíritu Santo no sólo agrega ganancia de almas, sino que también hace que el testimonio sea vibrante, convincente y contagioso. Por una muy buena razón. Jesús no dijo: "Tú darás testimonio". Él dijo: "Seréis testigos" El bautismo crea ganadores de almas. Compartir su fe es su estado natural. Porque son testigos, expresan continuamente el Evangelio, incluso cuando no son conscientes de ello.

Los creyentes bautizados en el Espíritu no comparten su fe de manera mecánica, sino que la derraman. Porque emana de ellos como ríos de agua viva, lo comparten con una alegría radiante y una sinceridad cautivadora. El testigo lleno del Espíritu lleva consigo una atmósfera generada por el Espíritu Santo.

El bautismo en el Espíritu Santo es un regalo invaluable comprado y pagado por la sangre de Jesús. No debemos privar a los hijos de Dios de un poder que haría al creyente fuerte, alerta y capaz de ganar a otros. El bautismo los dota de una herramienta invaluable, un lenguaje de oración, que traspasa toda adversidad.

Pr. Rafael Vargas

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