Bíblicamente, uno de los periodos de tiempo más importantes en el año es conocido como la Pascua. La pascua es la celebración de la redención y la liberación por el poder de la sangre. Esta fiesta celebra la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto; pero también celebra nuestra liberación de Satanás y el pecado por la sangre de Jesús, nuestro Cordero Pascual.
La tierra de Egipto estaba envuelta en oscuridad, presa de fuerzas demoniacas, las que crearon una esfera espiritual en la cual el pueblo de Dios podía ser mantenido en cautividad. Así que antes que el pueblo de Dios pudiera ser liberado, las estructuras demoniacas sobre el territorio tenían que ser quitadas. Eso lo hizo Dios en una serie de encuentros de poder con esas fuerzas demoniacas, cuando envió las plagas a Egipto, estas fueron confrontaciones con las estructuras demoniaco religiosas que había asignadas a ese lugar y sirvieron para romper su poder. Un plan de liberación en diez pasos de parte de Dios. ¿Pregúntele a Dios que le muestre como el enemigo lo mantiene a Ud. todavía atado?
Ud. se preguntará ¿Por qué la Pascua en nuestros días? Porque en estos tiempos el pueblo tiene que re-ordenar sus vidas y llorar nuevamente “Déjanos ir, para que adoremos a Dios”
Ex. 12:13-14 13…. 14 Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.
La Pascua es una celebración instituida por Dios. Esta fiesta nos fue dada para que incrementáramos nuestra fe y para prepararnos a entrar en la plenitud de su bendición. Les fue instruida a los judíos en el A.T. para enseñarles la importancia de la redención por la sangre. A los cristianos del N.T. nos sirve para recordar y entender la Obra redentora de Dios. La Biblia dice por estatuto perpetuo lo celebraréis.
Jesús y los apóstoles celebraron la Pascua. La primera Cena del Señor fue una comida de Pascua. Y los apóstoles les enseñaron a las iglesias de gentiles a celebrar la Pascua. 1 Cor. 5:7-8.
Una declaración poderosa: “Soy redimido de la mano del enemigo por la Sangre del Cordero”.
La fiesta de la Pascua es una declaración de Fe, que somos redimidos por la Sangre del Cordero. Y cuando lo celebramos, algo pasa en nosotros. La Pascua es muy importante para Dios. Por ello el enemigo resiste el concepto integral de la Pascua. El enemigo ha trabajado diligentemente para robar la pascua. Pero es una batalla. Porque la batalla por la pascua es la batalla por la sangre. Satanás quiere que nuestra religión sea una religión sin sangre, porque una religión carente de sangre es una religión sin poder. Porque hay poder en la sangre del Cordero.
En el s. IV de esta era, Constantino legalizo el cristianismo, de manera que dejo de ser delito ser cristiano. A él no le preocupaba que los cristianos celebraran la resurrección de Jesús, pero prohibió la celebración de la Pascua como tal. En el concilio de Nicea 325 d.c. declaro “la pascua original como una irregularidad que debía ser corregida”. Entonces se instruyó que la muerte y resurrección de Cristo se celebrasen “el domingo siguiente a la primera luna llena después del equinoccio de primavera” un tiempo asociado con el festival pagano de la fertilidad de la Diosa Ishtar, también conocido Eastre. O en ingles Easter, es por eso que hoy en día se celebra la resurrección en esta fecha, que también es traducida al español como “Pascua de Resurrección” en lugar de la Pascua original.
El diablo va a tratar de robar siempre el concepto original de la pascua porque él sabe que la celebración de la sangre libera poder. Vea lo que ocurrió en días de Ezequías. (2 Cr. 29-30). Luego que estar apartados de Dios, el rey los llamo a celebrar la Pascua y durante 14 días celebraron a Dios. Entonces los sacerdotes se pararon y bendijeron al pueblo y su voz fue oída y su oración subió hasta su morada santa en el cielo.
En la Pascua original, todo apuntaba a Jesús. Cada padre de familia debía untar el dintel de su casa con la sangre del cordero que iban a comer esa noche. Al pintar el dintel, se estaba haciendo el símbolo de la cruz con esa sangre. Como resultado, su pueblo sería liberado del poder de sus enemigos. Lo que celebra la pascua, es que la liberación viene a través de la cruz y la sangre. Se da cuenta, no fue un accidente que Jesús fuera inmolado en la Pascua. Dios podía hacer que fuera en cualquier otro día del año. Así que debemos reconocer a Jesús como el Cordero Pascual. Dios quiere que nosotros pensemos en Jesús, en el contexto de la celebración de la Pascua del Cordero.
La Nación no puede ser establecida en la Tierra Prometida a menos que el Señor sea entronado como rey sobre ellos. Cuando Dios es entronado por la Alabanza y la Adoración, cualquier trono de iniquidad va a ser derribado. Para ser establecido en libertad, tienes que convertirte en un adorador en espíritu y en verdad.
Satanás odia la celebración de la Pascua, porque es la celebración de Jesús.
Pr. Rafael Vargas S.