Mr. 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.
Cuando una persona da un paso hacia Dios, el Todopoderoso da un salto en dirección a esa persona para abrazarle para siempre, y hacer a esa persona como una de las suyas, parte de su familia. El hecho de recibir la Bendición Profética es un paso que el hombre da hacia Dios; el hombre es impulsado por un alma que tiene sed por más de lo divino. Sal. 42:1.
A lo largo de la historia, se han perdido innumerables bendiciones. Una bendición perdida es aquella que no ha sido liberada por una autoridad espiritual o que no ha sido recibida por la persona sobre la cual esta bendición ha sido hablada. Con tristeza en el corazón vemos como tantas personas pierden la dirección divina en sus vidas debido a que sus padres se han negado a decir la bendición sobre su descendencia. Y en otros casos, es aún más triste cuando padres fieles a Dios, hablan la bendición sobre sus descendientes, pero ellos se niegan a aceptar la bendición que se habló sobre sus vidas.
Tenemos la capacidad de liberar SUS bendiciones sobre nuestras vidas, impactar positivamente nuestros matrimonios, hijos y nietos, así como experimentar el favor ilimitado de Dios. Jesús lo hizo, ¿por qué no podríamos hacerlo nosotros? ¿Por qué Jesús pudo, acá en la tierra, sanar y bendecir a aquellos que lo rodeaban haciendo uso de sus proclamaciones proféticas y el toque de sus manos? Nosotros también tenemos el poder para tocar y con ello bendecir a las personas, cuando nosotros estamos vinculados con la Palabra hablada de Dios.
Decir que hay poder en el toque de los seres humanos no es un concepto nuevo. Estudios científicos han establecido que en el tocar a las personas hay poder para sanar. Así como se ve en la Biblia que muchos milagros muestran que existe un poder para bendecir y para sanar a través de tocar a las personas, de la misma manera la ciencia médica ha comprobado que no sólo puede sanar, sino que tiene el poder para mantener a las personas con buena salud mental y emocional; las que son dos de las más grandes bendiciones de Dios.
¿Jesús y sus discípulos estaban cruzando el mar de Galilea y los vientos se embravecieron al punto que los discípulos estaban aterrorizados pensando que iban a morir, asustados despertaron a Jesús. Mr. 4:38-39 “… Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”. Jesús habló y así fue. En otra ocasión, Jesús estaba parado frente a la tumba de su amigo Lázaro, quien tenía cuatro días de muerto y “...clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió”, Jesús habló y así fue. En Lc. 5:12-13 “Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él”. Él habló y así fue.
Esa voz que calmó el mar, que levantó a Lázaro y curó al leproso, es la misma voz que habló a las tinieblas en la Creación y éstas huyeron de la faz de la tierra. Tú puedes estar pensando claro, es que era Jesús, el hijo de Dios; pero hoy quiero decirte que tu hablar, como hijo de Dios, expresa el poder de Dios en cualquier momento que tú proclamas la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene poder infinito, poder para liberar oprimidos, sanar enfermos y redimir perdidos.
Dios nos dio un poder especial, el cual reside en nuestras palabras, estas pueden bendecir o maldecir. El hombre es la única criatura a quien Dios le dio la capacidad de comunicarse a través de palabras. Las palabras son una transcripción de tu mente y son un reflejo de tu corazón. Jesús era muy consciente de lo que revelan nuestras palabras, por eso dijo: Mt. 12:34 “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
¿Cuál es el beneficio de aprender acerca del poder que existe en la Bendición Profética si no sabes cómo aplicarla a tu vida? ¿De qué sirve que sepas que amas a alguien si no lo vas a decir?, de igual manera una bendición, no puede ser bendición hasta que sea pronunciada verbalmente por una autoridad espiritual.
Dios nos dio un poder especial, el cual reside en nuestras palabras, estas pueden bendecir o maldecir. El hombre es la única criatura a quien Dios le dio la capacidad de comunicarse a través de palabras. Las palabras son una transcripción de tu mente y son un reflejo de tu corazón. Jesús era muy consciente de lo que revelan nuestras palabras, por eso dijo: Mt. 12:34 “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Las palabras tienen el poder para traer alivio y sanidad, o traer dolor y destrucción. Stgo. 3:6 “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”. La lengua es más mortal que una serpiente de cascabel y está siempre está lista para atacar.