Cuando entramos a este auditorio podemos ver que las paredes están cubiertas con un color de pintura suave aplicado a la cobertura fina de estuco. Sabemos que la pared recubierta de estuco y pintada está adherida a algo que no puedo ver y que la mantiene firme en su lugar. Así es la sabiduría. La sabiduría ve más allá de lo que ven nuestros ojos, y lo hace porque la sabiduría tiene naturaleza profética.
La sabiduría tiene ese tipo de percepción, en el sentido de que ve más allá de lo obvio, en el funcionamiento interno de un tema, o en la existencia de un problema o de un diseño.
La naturaleza de la sabiduría es perceptiva, comprende estructuras, comprende la causa y el efecto, así como comprende la naturaleza de un problema y su respectiva solución. Es el regalo de ver específicamente para la mente.
Cuando la gente ve y entiende las cosas claramente, se provoca un enorme cambio de posición ya que el hecho de ver y entender las cosas con claridad los posiciona como poderosos contribuyentes a su entorno.
La sabiduría que Dios ha diseñado para nosotros nos hará sobresalir, nos levantemos y descollemos en la Tierra y en el ámbito espiritual.
El reino de Dios es traído a la tierra a medida que implementamos la sabiduría celestial.
El propósito de la sabiduría expresado en Proverbios es el de prepararnos para gobernar en la vida, y esto nos ayuda a comprender una expresión práctica de la sabiduría. En Ro. 5:17. “los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia reinarán en la vida por medio de un solo hombre, Jesucristo”.
Reinar en la vida no significa gobernar a otras personas. No es un tipo de concepto de que los cristianos se vuelvan poderosos para que el resto del mundo nos pueda servir. Es todo lo contrario; nos empoderamos para servir a los demás bien y con eficacia.
Reinamos con el corazón de un siervo y servimos con el corazón de un rey, todo en beneficio de las personas que nos rodean. Los gobernantes del reino de Dios nunca gobiernan por sí mismos. Siempre es por el bien de los demás.
Esta maravillosa interpretación del significado de sabiduría significa lo que exactamente dice: Debemos gobernar en nuestras vidas. Esto significa que el dinero no me gobierna a través de la deuda ni de la avaricia. Yo gobierno sobre mis finanzas. Esto significa que no estoy definido ni controlado por los conflictos que tengo en la vida. En vez de ello, yo gobierno a través de la obediencia a la sabiduría de la Palabra de Dios, hasta que mis relaciones reflejen la realidad del cielo – o al menos, hasta que yo hubiera representado el corazón de Dios en algún asunto.
Las circunstancias no me van a gobernar. Yo gobierno sobre ellas y las uso para provecho del Reino.
La sabiduría nos da el poder para gobernar.
Una de las descripciones más singulares de sabiduría se encuentra en la carta a la iglesia de Éfeso. “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor” Ef. 3:10-11. La palabra multiforme en este versículo nos recuerda el manto multicolor de José, mismo que hablaba de la belleza del amor de su padre hacia él. Eso es lo que es la sabiduría. Es portadora de la belleza de su fuente, mientras muestra el favor de nuestro Padre hacia nosotros.
A medida que la iglesia muestra sabiduría, el reino espiritual invisible aprende de la sabiduría de Dios. Pueden ver de primera mano que la inversión que Jesús hizo en la salvación de la humanidad fue una decisión sabia y fructífera. Pero la Iglesia no solo debe mostrar sabiduría en el aquí y ahora, con todo el mundo espiritual aprendiendo de nuestra exhibición, sino que también es parte de nuestro propósito eterno. Vivir en sabiduría por la eternidad es parte de lo que Pablo les dijo a los Efesios.
La sabiduría nos permite mostrar al mundo entero como es el corazón de Dios. En el mandato que nos da sobre cómo amar a Dios, nos dice: “… Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Lc. 10:27. Este mandamiento habla de nuestra capacidad para aprovechar todo lo que somos y aplicarlo a lo que más importa: amar a Dios. Cada parte de nuestro ser: cuerpo, alma y espíritu es un instrumento a través del cual aprendemos a amar a Dios. Y la sabiduría va a fluir al mundo a través de nuestro amor por ÉL.
El mundo que nos rodea está anhelando ver nuestro amor por Dios expresado por la forma en cómo servimos a otros a través de la sabiduría que ÉL nos da. Cuando nuestro amor por ÉL se hace práctico a través de nuestra aplicación de sabiduría a diario en nuestras vidas, la gente va a ver cómo es ÉL y van a poder tener un vislumbre de SU mundo. Podemos “traer el cielo a la tierra” a la vista en el aquí y ahora mientras dejamos que la sabiduría de Dios fluya al mundo a través de nuestro amor por Él.
Pr. Rafael Vargas Salgueiro