Jesús llamó a sus discípulos. Por tres años les enseñó lo que necesitaban conocer de manera que la historia pudiera verse afectada y el Reino de Dios pudiera avanzar. Veamos algunos eventos sensibles al tiempo:
Las bodas en la cultura judía eran eventos de celebración que duraban siete días. Los votos matrimoniales eran intercambiados a media semana, y la celebración duraba hasta antes del Día de Reposo.
En Jn. Cap.2, vemos las bodas de Canaán, allí la celebración estaba a punto de terminar, debido a que los anfitriones se habían quedado cortos de vino, y eso era una desgracia. Entonces María, la madre de Jesús habló con ÉL, y le dijo “No tienen vino”, y Jesús respondió “Y eso, ¿Qué tiene que ver conmigo, mujer? Aún no ha llegado mi hora”. El tiempo es tan importante al comenzar una nueva temporada en la vida.
Jesús les pidió a los sirvientes que trajeran recipientes para agua, de esos usados en la ceremonia religiosa de purificación antes de casarse. Una vez que estos estuvieron llenos de agua, ÉL convirtió el agua en vino.
Entonces la fiesta avanzo hacia el siguiente nivel de celebración. Note que aquellos elementos usados para rituales religiosos habían sido usados para una celebración festiva, esta era una imagen de lo que estaba por venir. Fue el inicio de la revelación de su gloria, de manera tal que los discípulos pudieran creer.
Jesús no podía hacer nada que el Padre no le dijera que hiciera. Evidentemente, el Padre le dijo “Empieza ahora a revelar tu gloria”. Una vez que ÉL empezó a revelar su gloria, sabía que Él tendría que continuar haciéndolo, ÉL no podría parar, hasta que esa revelación fuera completa en la plenitud del tiempo.
Debemos ir más allá de nuestros niveles actuales de celebración a Dios.
En 1 Rey. Cap. 17 El profeta Elías entra en escena para lidiar con la atmósfera de idolatría que se había apoderado de Israel. Empezó estableciendo un decreto espiritual que legislaba sobre los cielos. Declaró que los cielos no iban a producir lluvia, hasta que él retirara ese decreto, el mismo no lo exoneraba, lo afectó junto con todos los demás. El arroyo de Querit, le proporcionó eventualmente agua hasta que este se secó.
Para hallar un suministro de agua, tuvo que moverse. El Señor le dijo que fuera a un lugar llamado Sarepta, donde encontraría a una viuda. Al llegar allí, vio a una viuda que estaba levantando palitos para preparar su última comida. Esta era la mujer que Dios le había dicho iba a cuidar de él. Sin embargo, esta mujer era portadora de una mentalidad de pobreza y estaba llena de desesperación.
El profeta instruyó a la viuda que fuera a su casa, tome lo que le quedaba en su alacena, y primero prepare comida para él. Por fe, ella hizo esto y su obediencia creó suficiente suministro para que puedan mantenerse en los próximos tres años. Una vez que rompió su mentalidad de pobreza, dio su comida al profeta, entonces el suministro no se agotó.
Debemos ir más allá de nuestra pobre manera de pensar y pensar en función de una cosecha multiplicada
En 2 Rey Cap. 4 Eliseo tiene su propia experiencia con una viuda. Esta viuda estaba terriblemente endeudada. Los acreedores estaban viniendo a quitarle todas sus posesiones incluyendo sus hijos. Ella buscó al profeta y le explicó su situación. Eliseo le dijo ¿Qué puedo hacer por ti? Dime ¿que tienes en tu casa? Y ella respondió “Tu sierva no tiene nada en su casa, excepto una jarra con aceite” El profeta le dijo que vaya donde sus vecinos, les pida prestado sus vasijas, y que luego ella vierta todo el aceita que ella tenía hasta que todas las vasijas estuvieran llenas. Al vender el aceite, ella tendría lo suficiente para pagar sus deudas.
No permitas que las estructuras de deuda te pongan en deuda. Dios te va a dar la estrategia para quebrar la estructura de deuda que ha venido a controlar tu tiempo y tu futuro.
Debemos ir más allá de nuestra mentalidad de deuda y saber que el Señor puede liberarnos
En Lc. Cap. 5 Jesús le dijo a Pedro, uno de sus discípulos, que se metiesen a las profundidades del mar para una gran pesca. Pedro le explicó a Jesús, que él mismo y otros pescadores habían estado pescando en esa área toda aquella noche y no había conseguido pescar nada. Sin embargo, por respeto, no por fe, Pedro hizo lo que le dijo Jesús que hiciera. Cuando llegaron a la «porción profunda» del mar, Jesús le dijo que tirara la red al lado contrario del que había echado la noche anterior cuando no pesco nada. Pedro obedeció y cuando jaló la red, era tal la pesca que tuvo que llamar a sus socios de negocio para que le ayudasen a sacar la abundante pesca. Pedro estaba abrumado, admitió que era un hombre indigno de estar en la presencia de Jesús. Y Jesús uso esa circunstancia para explicarle que en realidad el tema no se trataba de la pesca sino del futuro, de que iba a hacer el en los días por venir.
No permitas que lo que hayas echo en el pasado y que no ha producido fruto, evite que hagas hoy algo que todavía lo produzca. No permitas que tu pasado te derrote hoy día. El Señor tiene un plan para hoy, y este plan puede abrir por completo tu futuro.
Debemos recordar que Dios siempre tiene un mejor plan
En Hechos Cap. 12 uno encuentra a una novel iglesia buscando su camino en medio de la persecución. Herodes había mandado a cortar la cabeza del apóstol Santiago y ahora tenía a Pedro en la prisión. Este fue el tiempo en el que la iglesia empezó a orar. Y Dios envió un ángel, quien sacó a Pedro de la cárcel. Cuando Pedro llegó a casa de la madre de Juan Marcos, no podían entender que Dios realmente respondiera sus oraciones. Cada quien en la oración estaba con una medida de incredulidad sobre si el Señor actuaría en esta situación.
Tu sigue yendo más allá de tu incredulidad, más allá de tu ultima oración, y más allá de cualquier derrota que ha tratado de detenerte en el pasado, de manera tú puedas desbloquear hoy día tu futuro.
Debemos ir más allá de nuestras estructuras mentales de incredulidad que nos mantienen cautivos.
Pr. Rafael Vargas S.