Cada lugar tiene una cultura. Tu casa tiene una cultura, cada hotel tiene una cultura, cada empresa tiene una cultura, cada aerolínea tiene una cultura, cada iglesia tiene una cultura.
No hay nada más fuerte en tu organización que su cultura. Tu cultura es más fuerte que tu doctrina, tu visión, tu misión y hasta que tus valores. La cultura de una organización no puede ser escrita, sólo se la puede percibir, o sentir. Porque tú sientes la cultura antes que la veas.
Por ej. Si tu vas a un restaurante donde ofrecen unos filet mignon de ensueño, y tu lo pides termino ¾, y cuando te lo traen tú te das cuenta de que no lavaron bien el plato donde pusieron el filetaso, el cual se ve apetitoso. La carne se ve perfecta, pero el plato está sucio. Tú, ¿te vas a comer ese filet mignon? ¿Sí o No? ¿Hay algo que está mal con esa carne? No. Esto es exactamente lo que sucede con tu cultura cuando anda sosteniendo tu visión. Tu puedes tener una visión magnifica, progresista del siglo 22; pero si la cultura de tu iglesia no es la adecuada. Cuando tienes una guianza específica de parte de Dios y te enfocas en lo nuevo que quieres hacer en la Iglesia, no olvides que lo primero que hay que hacer es limpiar el plato.
Definamos que entendemos por cultura. Es muy simple, se puede resumir en la siguiente expresión: “así es como hacemos las cosas aquí”.
Es importante que en la Iglesia exista un grado de tolerancia y misericordia; puesto que nadie llega a conocer la cultura sino hasta que uno ya metió la pata. Por eso, tenemos que tener una gracia especial que tenemos que darle a la gente que no nos conoce. Realmente no existe forma de enseñar cultura.
La cultura es construida alrededor de “qué se recompensa” y “qué se castiga”. Lo que provocó las recompensas se repite y lo que se castiga se detiene. No es fácil cambiar la cultura de una organización, aunque esta sea la Iglesia. Lleva tiempo hacerlo. Y eso es algo que tenemos que saberlo. Y ¿porque sucede esto? Porque la gente de la iglesia está tan acostumbrada a hacer las cosas en la manera en la que hoy las hace.
Cuando quieres ejecutar un cambio de cultura en una organización, existen tres puntos de tensión. 1. La historia – Donde acostumbrabas a estar. 2. El presente – Donde estas hoy. Y 3. El futuro – Donde quieres estar.
Tú visualizas la visión, tratas de que la gente este feliz para emprender el viaje. Pero, el problema es que tú das tu visión de futuro a personas que están atadas a su pasado. A odres viejos.
La cultura se trata de relaciones, comunicación y valores compartidos, no solo de percepciones personales o conducta. Existen siete claves de la cultura y son:
- Control. ¿Quién realmente está en control de las cosas que pasan?
- Entendimiento. En el caso del ministerio no sólo tiene que ver con “qué” es el ministerio, sino con el “por qué” del ministerio.
- Liderazgo. Los equipos saludables son como conductos que generan desarrollo del liderazgo. Buscan descubrir potencial, desarrollan recursos para equipar y los hacen funcionar.
- Confianza. Cuando la confianza en las personas es alta, las cosas se hacen más rápido y el costo es menor. Cuando la confianza es baja, el costo es más alto y todo se vuelve más lento.
- No tener miedo. Enfrentamos todo tipo de batallas, pero lo que nos hace permanecer en ellas y salir victoriosos; es que lo hacemos por una causa de vida eterna.
- Sensibilidad. No olvidarnos de que lo importante en la vida somos las personas.
- Performance. Es como lo estamos haciendo.
Algunos rasgos del tipo de cultura que una Iglesia debería tener:
Escasez. Tu testimonio se construye en medio de la escasez.
Preguntas ¿Cómo vamos a pensar acerca de algo? Como piensa un hombre en su corazón, así es el.
Sin miedo a fallar. Los únicos que no cometen errores son los que no hacen nada.
Crecimiento incremental. Celebramos cada paso. Un paso a la vez. Gracias Dios por ese paso.
Trabajo en equipo. Donde nos complementamos, aceptamos y toleramos; pero particularmente equipos donde nos amamos y sinergizamos nuestras fuerzas y potencialidades.
Riesgo. El riesgo es parte de la vida para avanzar.
Erupción. Toda organización viva, conectada al Espíritu Santo, vive en constante erupción. Cada vez intenta, vive cosas nuevas para cumplir su misión. Vive re-inventándose cada día.
Para que se haga realidad nuestra misión: “Somos una iglesia innovadora, de vanguardia que inspiramos a personas de todas las edades a vivir la Cultura del Reino de Dios”, Mejoremos la cultura de nuestra casa espiritual y de nuestros hogares.
Pr. Rafael Vargas S.